|
CAMINANDO CON MARIA Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant MARIOLOGIA - BIBLIOTECA DOCUMENTOS EXTERNOS |
|
EL PRIMERO DE ENERO CELEBRAMOS EN María, que es verdadera Madre de Jesús, es verdadera Madre
de Dios, porque Cristo, nuestro Redentor, es al mismo tiempo Verdadero Dios y
Verdadero Hombre. Este es el misterio principal y central de la vida de
Santa María, del cual derivan y se fundamentan todos sus privilegios y todas
sus perfecciones. Al decir que María es Madre de Dios se afirman dos
verdades: 2a) María es verdadera Madre de Dios. MARIA ES VERDADERA MADRE Decir que María es verdadera Madre, significa que Ella
contribuyó a la formación de la naturaleza humana de Cristo, del mismo modo
que todas las madres contribuyen a la formación del fruto de sus entrañas.
María es verdadera Madre porque Jesús es verdadero Hombre. Jesús, en cuanto hombre, toma su cuerpo de María Santísima
en el tiempo, y así lo ha expresado la fe de la Iglesia, recogida en el
número 16 del Catecismo de San Pío X: "El Hijo de Dios se hizo hombre
tomando, en las purísimas entrañas de MARIA ES VERDADERA MADRE DE DIOS Decir que María es verdadera Madre de Dios significa que
Ella concibió y dio a luz a "María sabe que el que lleva por nombre Jesús ha sido
llamado por el ángel Hijo del Altísimo (cfr. Lc. 1,32). María sabe que lo ha
concebido y dado a luz sin conocer varón, por obra del Espíritu Santo, con el
poder del Altísimo, que ha extendido su sombra sobre Ella (cfr. Lc. 1,35).
María sabe que el Hijo dado a luz virginalmente, es precisamente aquel
"Santo", el `Hijo de Dios", del que le ha hablado al
Angel" Juan Pablo II, Enc. Redemptoris
Mater n. 17). EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA La enseñanza de la Iglesia es unánime e ininterrumpida
sobre este punto fundamental del dogma católico. a) Los Símbolos Apostólicos En todos los Símbolos se afirma que Jesucristo nació de
María Virgen. En el Credo confesamos nuestra fe diciendo: Jesucristo, por
nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo y por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María Virgen, y se hizo hombre (cfr. Símbolos
Apostólicos; Credo Niceno-Cons tantino-politano, etc.). b) El Concilio de Efeso Este Concilio, en el año 431, definió solemnemente que:
"Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios,
y que por tanto, Los siguientes Concilios repitieron y confirmaron esta
doctrina: Conc. de
Calcedonia, DZ. 148; Conc. II de Constantinopla,
DZ. 218, 256; Conc. III de Constantinopla, DZ. 290;
cfr. también DZ. 993, 1462, etcétera. San Cirilo de Alejandría, expositor principal del Concilio
de Efeso escribió: "Me extraña en gran manera que haya alguien que tenga
duda alguna de si Es conveniente aclarar que a) El Antiguo Testamento En el Antiguo Testamento aparece María como la mujer que
será la Madre del Redentor, el Mesías prometido, en dos textos
principalmente: 1º) Cuando Dios habla en el paraíso a la serpiente tentadora:
Gén. 3,15, texto que se conoce con el nombre de pro-toevangelio:
"Establezco enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su
descendencia, El te aplastará la cabeza, y tú le acecharás su calcañar"; 2º) Cuando Dios recuerda la promesa del Redentor en Is.
7,14: "El Señor mismo os dará por eso la señal: He aquí que una virgen
concebirá, y dará a luz un hijo, y será llamado Emmanuel". b) El Nuevo Testamento En el Nuevo Testamento aparece María como la mujer que
concibe, da a luz y es Madre de Jesús. Llegada “la plenitud de los tiempos" (Gál. 4,4) tiene lugar el cumplimiento de las profecías y
se afirma su verdadera y propia maternidad: Lc. 1,31 ss: "He aquí que
concebirás en tu seno y parirás un hijo, a quien darás por nombre
Jesús". Lc. 1,35: "... lo que nacerá de ti será santo y será
llamado ?Hijo de Dios". Gál. 4,4: «... envió Dios a su
Hijo, nacido de mujer". Rom. 9,5: "Cristo, que es Dios, procede según la
carne...", etc. De los textos de Lo que pertenece a Jesús, o se afirma de Él, pertenece a
la Persona misma del Verbo, Hijo de Dios, o debe ser afirmado de Ella; así lo
hace el Nuevo Testamento, por ejemplo: Jn. 1.14; Mt. 1,22 ss;
Rom. 1,3; 9,5.., Gál. 4,4 ss. Los santos Padres durante los tres primeros siglos afirma ron la realidad, o el hecho, de la verdadera
maternidad de María. Así, por ejemplo: San Ireneo: "Este Cristo, que como Logos del Padre estaba "con el Padre... fue dado a
luz por una Virgen". San Hipólito: "El Verbo descendió del cielo a A partir del siglo IV, después de San Atanasio: "Por nosotros, tomada carne de San Gregorio Nacianceno: "Si alguno no reconoce a
Santa María como Madre de Dios, es que se halla separado de Dios". San Bernardo escribe: ""El único nacimiento
digno de Dios era el procedente de la Virgen; asimismo, la dignidad de la
Virgen demandaba que quien naciere de ella no fuere otro que el mismo Dios. Por
esto el Hacedor del hombre, al hacerse hombre, naciendo de la raza humana,
tuvo que elegir, mejor dicho, que formar para sí, entre todas, una madre tal
cual Él sabía que había de serle conveniente y agradable" (Homilía sobre
LAS RAZONES TEOLOGICAS Lo que es engendrado y nacido de María Virgen es el Verbo
de Dios en la naturaleza humana. Ella concibe y da a luz a la Persona del
Hijo de Dios, que asume la naturaleza humana, y por tanto, es Dios y es
Hombre. El término de la concepción no es una naturaleza humana abstracta,
sino una persona con creta. En este caso no se trata de una persona humana,
porque Cristo no subsiste por una sustancia creada, sino increada, luego la
Persona es divina; como María es la Madre de la Persona, luego María es la
Madre de Dios. 2a) Santo Tomás de Aquino lo explica del siguiente modo: María, por su divina maternidad, tiene una relación real
con el Verbo de Dios hecho carne; esta relación se termina en la Persona
increada del Verbo encarnado, pues Ella es la Madre de Jesús, que es Dios. La
maternidad de María no se termina en la humanidad de Jesús, sino en la
Persona misma ,,de Jesús: es Él, y no su humanidad,
quien es el Hijo de María" (S.Th.
111,q.35,a.4). Cristo, en virtud de la unión hipostática, es una sola Persona
divina que subsiste en la naturaleza divina increada y en la naturaleza
humana creada que es asumida. Enseña la filosofía que es verdadera madre aquella de la
que, por generación, nace un hijo. Ahora bien, la actividad, o gene ración
pasivamente considerada, exige como término de la generación una forma o
naturaleza específicamente igual a la del generante,
pero en cuanto al sujeto generado exige un subsistente, que es el supuesto o
persona que sustenta. y en quien subsiste la
naturaleza generada. De ahí que hijo no se dice de la naturaleza, sino del
supuesto en el que subsiste la naturaleza. María genera a Cristo según la naturaleza humana, pero
quien de Ella nace, es decir, el sujeto nacido, no es una naturaleza humana,
sino el supuesto divino que la sustenta, o sea, el Verbo. De ahí que si el
Hijo de María es propiamente el Verbo que subsiste en la naturaleza humana,
María es verdadera Madre del Verbo, supuesto personal de ambas naturalezas,
y, por tanto, María es Madre de Dios, puesto que el Verbo es Dios. El hecho de que el Verbo con su divina naturaleza sea preexis tente a la Encarnación no presenta dificultad,
pues engendrar no significa crear de la nada, sino educir a un supuesto
viviente en una naturaleza específicamente igual a la del generante. ERRORES CRISTOLÓGICOS Y MARIOLOGICOS Con objeto de entender un poco más el dogma de la maternidad
divina, si recordamos los principales errores que se han dado en relación a
la persona de Nuestro Señor Jesucristo, veremos como afectan directamente al
recto entendimiento de la maternidad de María. a) Los docetas, gnósticos y maniqueos Ellos afirman que Cristo tenía tan sólo cuerpo aparente, o
ciertamente real pero traído del cielo, de tal modo que pasó por el seno de
María como el agua fluye por un acueducto. En consecuencia, la maternidad de
María queda reducida a una maternidad aparente. b) Los monofisitas Apolinar de Laodicea
y Eutiques afirmaron que en Cristo no hay más que una naturaleza especial
formada por la divinidad y la humanidad y, por tanto, Cristo no sería ni de
naturaleza divina ni de naturaleza humana; por lo mismo, María no puede
llamarse propiamente la Madre de Dios, sino Madre de Cristo o de Jesús. c) Los nestorianos Ellos niegan la unión hipostática del Verbo y, por consiguiente,
destruyen la unidad de Persona en Jesucristo. Nestorio
afirma en Cristo al hombre y al Verbo en Dios, pero unidos moralmente por la inhabitación del Verbo en el hombre; en consecuencia,
María solamente puede ser la Madre del hombre Cristo, pero no puede llamarse
la Madre de Dios. Todos estos errores tienen como raíz que buscan conciliar
en Cristo la unión de sus dos naturalezas entre sí; pero, como. humanidad no puede formar parte de la divinidad puesto q
Dios es perfecto en grado absoluto, y ésta no admite cambio composición de
ninguna especie; luego, la naturaleza humana sólo puede unirse a la Persona pre-existente del Verbo (c S.Th.
III,q.2,a.6 ad 2). En nuestros días, frente al renacer de las viejas herejías
trinitarias y cristológicas, la Congregación para
la Doctrina de la Fe, ha publicado un Documento que sale al paso de esos
viejos errores: Declaración para la salvaguarda de la Fe en torno a algunos
errores recientes sobre los misterios de la Encarnación y Llamar a María Madre de Dios- Dei
Genetrix- fue siempre sentir común de los fieles y
de la Iglesia, la cual llevó a cabo la definición del Dogma a partir de las
controversias de los primeros siglos, que concluyen con las enseñanzas magisteriales
en torno a La piedad del pueblo cristiano en su veneración a María,
Madre de Dios, se ha plasmado en multitud de maneras; ofrecemos aquí tres valiosos
testimonios: 1°) La Antífona de "Dichosa eres, Virgen María, tú que has llevado al Creador de todas las cosas". 2°) El Himno Alma Redemptoris Mater: "Salve, Madre soberana del Redentor, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar; socorre al pueblo que sucumbe y lucha por levantarse, tú que para asombro de la naturaleza has dado el ser humano a tu
Creador. Virgen antes y después del parto, que recibiste aquel saludo de la boca de Gabriel, ten piedad de nosotros". 3°) Sub tutim praesidium. "Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros. Virgen gloriosa y bendita". Fuente: www.ecuentra.com |
CAMINANDO CON MARIA Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant p.s.donoso@vtr.net |