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CAMINANDO CON MARIA Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant MARIOLOGIA - BIBLIOTECA DOCUMENTOS EXTERNOS |
NUESTRA SEÑORA DE LA
EVANGELIZACIÓN |
Homilía
de Mons. Cipriano Calderón Polo durante la misa con el Movimiento de Vida
Cristiana en la Basílica del Santísimo Salvador y San Juan de Letrán 27
de mayo de 1998 "MARÍA SE PUSO EN CAMINO Y FUE APRISA A LA
MONTAÑA" (1). 1. Queridos jóvenes y demás hermanos y hermanas del
Movimiento de Vida Cristiana, que desde tantos lugares de América Latina os
habéis puesto "en camino" con vuestro Fundador, como María, para
venir "aprisa" a esta "montaña" santa que es Roma. Ahora estáis en la Catedral del Papa: "Omnium Urbis et Orbis Ecclesiarum Mater et Caput":
"Madre y cabeza de todas las Iglesias de la Urbe y del Orbe", como
habéis visto escrito en el frontispicio del templo. Aquí estamos reunidos para celebrar a Cristo, el
"Santísimo Salvador". Tened presente que éste es el nombre
principal de esta Patriarcal Basílica, comúnmente llamada de San Juan de Letrán: Basílica del Santísimo Salvador, Cristo Jesús a
quien contemplamos, fascinante, radiante de luz y de misterio, Pantokrátor, en el impresionante mosaico bizantino de Torriti que mandó restaurar el Papa León XIII, en el
ábside de esta Iglesia excepcional: primer templo de la cristiandad. Celebramos a Cristo y celebramos a su Madre Santísima 2. El texto de San Lucas que se acaba de proclamar nos
invita a mirar a María para ver en ella la primera evangelizada y la primera
evangelizadora o "evangelista" (2), por usar expresiones del Papa
Juan Pablo II. Según narra el mismo San Lucas en los versículos
anteriores a los que hemos escuchado (3), el ángel San Gabriel fue enviado
por Dios a evangelizar a la Virgen de Nazaret; es decir, a anunciarle la gran
noticia: la Encarnación del Hijo de Dios o Verbo del Padre, en "sus
Purísimas entrañas", como aprendimos en el catecismo: inefable evento,
sublime misterio. ASÍ MARÍA FUE Pero apenas aconteció este hecho formidable en su vida
juvenil, Ella, María, después de pronunciar el sí de la suprema generosidad,
"se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró
en casa de Zacarías y saludó a Isabel" (4). Nos recuerda el Prefacio de
esta Misa que lo hizo "conducida por el Espíritu Santo", llevando
"presurosa en su seno a Jesús hasta Juan, a fin de que fuera para él
motivo de santificación y de gozo". De esta manera María evangelizó a su prima; es decir, le
anunció lo acaecido y así evangelizó, santificó, también, a la criatura que
Isabel llevaba en su seno: Juan el Bautista, aquel que había de ser el
Precursor del Mesías. Así, pues, vemos que María fue también la primera
evangelizadora, después de Jesús, quien es --como afirma Pablo VI en la Evangelii nuntiandi-- "el
primero y el más grande evangelizador" (5), "Evangelio del
Padre" y "Evangelizador viviente en su Iglesia", según las
felices expresiones del documento final de la Conferencia de Santo Domingo
(6). 3. ¿Cuál es la lección que vosotros podéis sacar de estos
textos bíblicos que hemos citado, o de estos episodios marianos, meditándolos
aquí esta tarde durante vuestra peregrinación en Tenéis que tomar conciencia de que habéis venido al centro
de la catolicidad, podríamos decir, a la capital de la Iglesia, para
evangelizaros y acentuar o dar nuevo ardor, nuevo énfasis, nuevas expresiones
a vuestra vocación de evangelizadores; es decir, para aprender a evangelizar
de forma más fuerte e incisiva y realizar luego de manera más eficaz la
acción evangelizadora en vuestras patrias. Tenéis que apreciar y aprovechar la gracia que el Señor os
ha hecho de traeros a Roma, para evangelizaros aquí más profundamente. ¿Cómo? Ante todo en el contacto con el Papa, en la cercanía al
Vicario de Cristo, de forma que, con creciente fe y juvenil entusiasmo, sintonicéis
cada vez más con las enseñanzas y las orientaciones del Santo Padre. Yo sé
que ésta es una de las características de vuestro Movimiento de Vida
Cristiana y ello es una garantía que dais a la Iglesia en orden a la
evangelización. La sintonía con el Romano Pontífice conlleva --como
señalaba el Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, hace pocos días, hablando en el Sínodo de Asia--
la sintonía con sus colaboradores, con los organismos de gobierno pastoral de
Aquí tendréis estos días contacto con los dicasterios de
la Curia romana y su personal; pero vais a tener contacto sobre todo con la
Iglesia universal y sus ricas expresiones plasmadas en numerosos carismas y
dinámicos movimientos. Además, vais a tener contacto con la tradición viva de la
Iglesia, hecha realidad perenne en tantos lugares sagrados que visitaréis:
desde las Catacumbas y esta Basílica constantiniana
del Cristo "Salvador y Evangelizador" (8) hasta el Vaticano, con la
memoria de multitud de mártires y santos, empezando por los Apóstoles Pedro y
Pablo: ellos, como todos los demás, trasmiten aquí, a los peregrinos, su
mensaje cual si estuvieran vivos. Todo esto que llamamos "romanidad"
es fuente de evangelización, es algo que, si se sabe captar, evangeliza en
profundidad. Por eso es tan importante lo que Juan Pablo II, en su libro Don
y Misterio, llama "aprender Roma" (9). Roma es por antonomasia la ciudad de la paz eclesial, del
diálogo ecuménico, de la santidad contagiosa y de la evangelización. "Hinc una fides mundo refulget", podréis leer en los grandes caracteres
del mosaico dorado que rodean la banda interior de la cúpula de San Pedro. Es
una frase de San Cipriano que podríamos traducir así: "Desde aquí, con
la fe, se llena de luz, se evangeliza el mundo". Por eso de Roma deberéis marchar, emprender el camino
hacia vuestras patrias, llenos de amor a la Iglesia, con un fino sentido de
Iglesia y con una gran inquietud apostólica. Esto es, no sólo más
evangelizados sino más dispuestos, más decididos y más preparados a ser
auténticos evangelizadores: evangelizados y evangelizadores, como María. 4. Poco nos dicen los Evangelios de la tarea
evangelizadora de María como educadora de Jesús, en Nazaret, y luego
acompañándolo por los caminos de Galilea y de Judea. En realidad, con el Salvador y junto al Salvador, María
evangelizó con su fino testimonio y con su elocuente silencio. En Caná de Galilea, cuando la Virgen pidió a su Divino
Hijo una intervención en favor de los jóvenes esposos que se habían quedado
sin vino para sus invitados, Ella, María, pronunció unas palabras que son
como la síntesis de la filosofía pastoral y de toda la pedagogía de la
evangelización: "Haced lo que Él os diga" (10). Fue una invitación de María a centrar la atención en
Cristo y en su palabra. Ahora bien, ¿qué dijo Jesús a la Iglesia naciente, a los
Apóstoles, en el Monte de los Olivos, al terminar su misión terrena, antes de
subir al Padre? Recordemos el final del Evangelio de San Mateo (11) o también
la conclusión del Evangelio de San Marcos. Dice el Señor: "Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda
criatura" (12). En estas palabras que escuchamos ahora aquí como si nos
las repitiera, con especial énfasis, el Jesús del mosaico del ábside que
habla desde la Jerusalén celeste representada en dicho mosaico y desde la
cual descienden los cuatro desbordantes ríos que son los Evangelios, en estas
palabras: "Id... y predicad Contienen esas palabras la profecía de la evangelización,
pronunciada por Jesús en el Monte de los Olivos, el día de su Ascensión a los
cielos. Después de este episodio, María aparece de nuevo, como nos
ha recordado la primera lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles (14),
evangelizando en el Cenáculo a los discípulos enviados por el Señor a
predicar Este mandato misionero se fue realizando a través de los
siglos y un día venturoso, el 12 de octubre de 1492, la profecía de la
evangelización se cumplió también en América: la cruz fue plantada en las
tierras descubiertas por Cristóbal Colón y, luego, misioneros provenientes de
España comenzaron a predicar allí el Mensaje de Jesús, llegando también a las
tierras de Perú, de Colombia, de Brasil, de Ecuador, de Costa Rica, de
Estados Unidos y de las demás naciones aquí representadas. Así, después de
500 años, en aquel continente se encuentran, al final del segundo milenio, la
mitad de los católicos de todo el mundo, con una Iglesia realmente viva y
dinámica, de la que vosotros sois un buen testimonio. Por eso, el Papa lo
llama el "Continente de la Esperanza". 5. Juan Pablo II ha escrito que la Virgen fue la
"primera evangelizadora de América Latina" (15). En la Catedral de Lima se venera la imagen de Nuestra
Señora de la Evangelización, enviada a la ciudad de los Reyes por el
Emperador Carlos V. Pensemos en la inmensa y desbordante labor evangelizadora
que la Virgen realiza en tantos santuarios marianos esparcidos por todo el
mundo, comenzando por Santa María la Mayor aquí en Roma, y en el suelo
americano, desde Guadalupe. ¡Cuántas multitudes! Miles y miles de personas van
continuamente a esos santuarios para ser evangelizadas por Santa María. Dejémonos también nosotros evangelizar por la Virgen de
Nazaret. Aprendamos de Ella a entregarnos sin reserva a la fascinante
aventura de Pero no olvidemos, sobre todo ahora en Pentecostés, que
--como afirma el Papa en la carta apostólica Tertio
millennio adveniente-- el
"agente principal de Él haga que la profecía de la evangelización se cumpla en
el mundo entero; que se cumpla en el Sodalitium Christianae Vitae y en el Movimiento
de Vida Cristiana, en cada uno de nosotros. "Evangelizare Iesum Christum": anunciar a Jesucristo, según el grito de
San Pablo (17) que oiréis resonar en la Basílica del Apóstol de las Gentes,
cuando la visitéis. Jesucristo, único Salvador del mundo: ayer, hoy y siempre.
Así sea. Notas 1. Lc 1,39. [Regresar] 2. Juan Pablo II, Catequesis del 2/10/1996, 2. [Regresar] 3. Ver Lc 1,26-38. [Regresar] 4. Lc 1,39-40. [Regresar] 5. Evangelii nuntiandi,
7. [Regresar] 6. Ver los títulos de la primera y segunda parte.
[Regresar] 7. Ver "L'Osservatore
Romano", edición semanal en lengua española, 22/5/1998, p. 11.
[Regresar] 8. Ver Tertio millennio adveniente, 40.
[Regresar] 9. Juan Pablo II, Don y Misterio. En el quincuagésimo
aniversario de mi sacerdocio, BAC, Madrid 1996, pp. 66-67. [Regresar] 10. Jn 2,5. [Regresar] 11. Ver Mt 28,19-20. [Regresar] 12. Mc 16,15. [Regresar] 13. Juan Pablo II, Discurso inaugural, Santo Domingo,
12/10/1992, 2. [Regresar] 14. Ver Hch 1,12-14. [Regresar] 15. Juan Pablo II, Discurso de llegada a la Ciudad de
México, 6/5/1990, 4. [Regresar] 16. Tertio millennio
adveniente, 45. [Regresar] 17. Ver Gál 1,16. [Regresar] FUENTES: www.clerus.org (CONGREGACION PARA EL CLERO DE Mariología; www.caminando-con-jesus.org www.caminando-con-maria.org |
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