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EL
PENSAMIENTO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II Edición Nº 25 Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant |
Catequesis de Su Santidad Juan Pablo II Sobre MARÍA,
MADRE DE DIOS 1. La contemplación del misterio del nacimiento del Salvador ha
impulsado al pueblo cristiano no sólo a dirigirse a En la primera comunidad cristiana, mientras crece entre los discípulos
la conciencia de que Jesús es el Hijo de Dios, resulta cada vez más claro que
María es Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo testimonio escrito,
los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: «Bajo tu
amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos
necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita»
(Liturgia de las Horas). En este antiguo testimonio aparece por primera vez
de forma explícita la expresión Theotokos, «Madre
de Dios». En la mitología pagana a menudo alguna diosa era presentada como
madre de algún dios. Por ejemplo, Zeus, dios supremo, tenía por madre a la
diosa Rea. Ese contexto facilitó, tal vez, en los cristianos el uso del
título Theotokos, «Madre de Dios», para la madre de
Jesús. Con todo, conviene notar que este título no existía, sino que fue
creado por los cristianos para expresar una fe que no tenía nada que ver con la
mitología pagana, la fe en la concepción virginal, en el seno de María, de
Aquel que era desde siempre el Verbo eterno de Dios. 2. En el siglo IV, el termino Theotokos ya se usa con frecuencia tanto en Oriente como
en Occidente. La piedad y la teología se refieren cada vez mas a menudo a ese
termino, que ya había entrado a formar parte del patrimonio de fe de Por ello se comprende el gran movimiento de protesta que surgió en el
siglo V cuando Nestorio puso en duda la legitimidad
del título «Madre de Dios». En efecto, al pretender considerar a María sólo
como madre del hombre Jesús, sostenía que sólo era correcta doctrinalmente la
expresión «Madre de Cristo». Lo que indujo a Nestorio
a ese error fue la dificultad que sentía para admitir la unidad de la persona
de Cristo y su interpretación errónea de la distinción entre las dos
naturalezas -divina y humana- presentes en él. El concilio de Éfeso, en el
año 431, condenó sus tesis y, al afirmar la subsistencia de la naturaleza
divina y de la naturaleza humana en la única persona del Hijo, proclamó a
María Madre de Dios. 3. Las dificultades y las objeciones planteadas por Nestorio nos brindan la ocasión de hacer algunas
reflexiones útiles para comprender e interpretar correctamente ese titulo. La
expresión Theotokos, que literalmente significa «la
que ha engendrado a Dios», a primera vista puede resultar sorprendente, pues
suscita la pregunta: ¿cómo es posible que una criatura humana engendre a
Dios? La respuesta de la fe de Así pues, al proclamar a María «Madre de Dios», La maternidad es una relación entre persona y persona: una madre no es
madre sólo del cuerpo o de la criatura física que sale de su seno, sino de la
persona que engendra. Por ello, María al haber engendrado según la naturaleza
humana a la persona de Jesús, que es persona divina, es Madre de Dios. 4. Cuando proclama a María «Madre de Dios», En Audiencia general del miércoles 27 de noviembre de 1996 Fuente vatican.va |
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