Caminando con Jesus Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |
||
|
|
|
Diuturni Temporis LEÓN XIII Protección de Dios y de Maria sobre el Pontificado del
Papa 5 Septiembre de
1898 |
||
Venerables
Hermanos: Salud y Bendición apostólica I.
Protección de Dios y de Maria sobre el Pontificado del Papa Al
echar una mirada al largo espacio de tiempo que, por voluntad de Dios, hemos
pasado en el sumo Pontificado, no podemos menos que confesar que Nos, sin
merecerlo, hemos experimentado, de manera muy viva, la asistencia de Luego
se nos presenta el dulce recuerdo de la maternal protección de la augusta
Reina del cielo, e igualmente guardaremos, piadosa e íntegramente ese
recuerdo dándole gracias y exaltando sus beneficios. Porque de Ella, como de caudalosísimo
canal, descienden los manantiales de las divinas gracias, pues, en sus manos
están los tesoros de las misericordias del Señor[i]. Dios quiere que Ella sea
el principio de todos los bienes[ii].
Cobijados en el amor de esta tierna Madre, que hemos procurado fomentar
asiduamente e incrementar de día en día, esperamos con certeza poder
acercarnos a Nuestro último Día. II.
Los esfuerzos del Papa en promover y fomentar la devoción al Rosario Mas
hace ya tiempo que, deseando colocar la salvación del género humano en el
aumento del culto de III.
Resumen de las enseñanzas de anteriores Encíclicas. Movidos,
pues, del constante deseo de que el pueblo conociese el poder y la dignidad
del Rosario mariano, después de recordar, en primer lugar, el origen más
celestial que humano de esta oración, mostramos que la admirable guirnalda
confeccionada con la salutación angélica, entrelazada con la oración
dominical y unida con la meditación, resulta una especie excelentísima de
súplica, muy fructuosa, principalmente para la consecución de la vida eterna;
pues, fuera de la excelencia misma de las oraciones de que se compone, ofrece
una buena defensa de la fe y un insigne modelo de virtud por medio de los
misterios que propone a nuestra contemplación; que, además, no es una oración
complicada sino que se acomoda fácilmente al carácter popular, por cuanto se
le pone delante, con la consideración de IV. Lo
que hicieron los Papas anteriores y León XIII por la devoción del Santísimo
Rosario. Fiesta, mes de Octubre y la
invocación en las Letanías. De
esta manera, después de haber recordado principalmente la naturaleza del
Santísimo Rosario y de haber exhortado a su práctica de variados modos, Nos
aplicamos, además, siguiendo las huellas de Nuestros predecesores, a fomentar
su importancia por medio de un culto más solemne. Pues así como Sixto V, de
feliz recordación, aprobó la antigua costumbre de rezar el Rosario, y
Gregorio XIII dedicó un día de fiesta al mismo titulo, que luego inscribió en
el Martirologio Clemente VIII, y mandó Clemente XI que fuese guardada por la
universal Iglesia, y Benedicto XIII la introdujo en el Breviario Romano, así
Nos, para perenne testimonio de Nuestro aprecio a esta manera de piedad,
mandamos que la misma solemnidad del Santísimo Rosario con su oficio fuese
celebrada en la universal Iglesia con rito doble de segunda clase. Quisimos,
además, que se consagrase a esta práctica todo el mes de Octubre; finalmente,
ordenamos que en las Letanías Lauretanas se añadiese la invocación Reina del
Santísimo Rosario, como augurio de la victoria que habíamos de reportar en la
actual contienda. V.
Indulgencias anejas al rezo del Rosario Faltaba
por recordar el grandísimo valor y utilidad del Rosario mariano a causa de la
abundancia de privilegios y derechos con que está enriquecido, y más que
nada, por el preciosísimo tesoro de indulgencias de que goza. Ahora bien, es
fácil entender cuánto interesa a todos los que se preocupan de su salvación
aprovecharse de este beneficio. Pues, se trata nada menos que de conseguir el
perdón, total o parcial, de la pena temporal que hay que pagara en esta o en
la otra vida, aun después de cancelada la culpa. Es decir, el rico tesoro
formado con los méritos de Cristo, de VI.
Anuncio de una constitución para Así,
pues, Nos también, pensando que la corona mariana, como adornada de gemas
escogidísimas, luce más bella con estos beneficios e indulgencias, tras
largos estudios, ya tenemos madurado el plan de publicar una Constitución
acerca de los derechos, privilegios e indulgencias de que podrán disfrutar
las cofradías del Santísimo Rosario. Esta Nuestra Constitución sea prueba de
amor para con la augustísima Madre de Dios, y para los fieles todos, estímulo
juntamente y premio de su piedad, a fin de que, en la hora suprema de la
vida, puedan por su medio ser aliviados y descansar suavísimamente en su
regazo. VII.
Bendición Apostólica Suplicando
de corazón estas gracias a Dios Optimo Máximo, por medio de Dado en Roma, cerca de San Pedro, el día 5 de
Septiembre de 1898, en el año vigésimo primero de Nuestro Pontificado. LEÓN
PAPA XIII [i] San Juan Damasc. Serm. ! de [ii] S. Irineo Adv. Valent. 1. 3, c. 33. [iii]
Sabiduría, 7, 14. |
||
|