Caminando con Maria Pedro Sergio Antonio Donoso Brant REFLEXIONES
PARA EL MES DE MARIA MES DE MAYO/NOVIEMBRE
(En Chile) Para reflexionar junto al Santo Rosario |
“Feliz de ti por
haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
Nuevamente beatifica Isabel a María. En efecto, Isabel, elogia a María, “que
creyó,” por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de
Dios. Con ello se exalta la fe de María. |
LUNES MISTERIOS GOZOSOS 2º Misterio La Visita de la Santísima Virgen María a
su prima Santa Isabel (Lc 1, 39-45) En aquellos días se
puso María en camino y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de
Judá, y entró en casa de Zacarías y
saludó a Isabel. Así que Isabel oyó el saludo de María, exultó el niño en su
seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo, y clamó con fuerte voz: ¡Bendita
tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿De dónde a mí que la
madre de mi Señor venga a mí? Porque así que sonó la voz de tu salutación en
mis oídos, exultó de gozo el niño en mi seno. Dichosa la que ha creído que se
cumplirá lo que se le dijo de parte del Señor: Durante su embarazo,
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la
casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el
niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por
haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. Poco después de los
días de la encarnación, como ya sabemos por el “sexto mes” de Isabel, se puso
en camino sin demora a la casa de su prima. No eran motivos de curiosidad lo
que lleva a María a visitar a su pariente, lo hace por amor y por atender a
su familiar, que es más anciana. Pero, sobre todo, era por el entusiasmo de
felicitarla y la alegría de verla. El evangelista, nos
relata que Isabel vivía en la región montañosa de Judá, no cita el pueblo,
pero por la tradición, sabemos que es cercano a Jerusalén, en el actual Kain Karim, a siete kilómetros al oeste, auque esto no es
muy seguro. En todo caso, para llegar hasta allí desde Galilea, se empleaban
de tres a cuatro días. El fragmento del
Evangelio, nos muestra que a la llegada de María a casa de Isabel, la saludó
primero. Podemos imaginar que por el parentesco debían saludarse muy
cordialmente, esto es con muestras de afecto y de mutuo cariño. Por el modo
como hace el relato san Lucas, nos hacemos la idea de cómo es María, por eso
podemos decir que con un gesto de delicadeza, ella se daría por enterada del
hecho de su gozosa maternidad. Es en este bello ambiente, con una agradable y
dulce exquisitez espiritual, como se suceden las escenas de la visitación. Al oír Isabel el
saludo de María, “Apenas esta oyó el saludo de María”, suceden dos bellísimos
hechos, el niño, (Bautista), “saltó en su seno” de gozo, y ella “fue llena
del Espíritu Santo,” y bendice a María y al Niño que guardaba en su seno. Isabel, iluminada
por el Espíritu Santo, se convierte en profetisa al descubrir el misterio de
María y conocer que en su seno estaba el que era esperado a través de toda la
historia del pueblo de Israel; El esperado por los Patriarcas y vaticinado
por los Profetas. Lucas, nos hace
comprender que la bendición a María la hace con emoción y con una fuerte voz
y la proclama “bendita entre las mujeres,” en otras palabras, quiere decir
que es la más bendita de todas. Isabel, por revelación del Espíritu Santo,
sabe que se halla ante la madre de “mi Señor.” Es la proclamación de hallarse
ante el Mesías. El Bautista “saltó
de gozo” en el seno de Isabel “Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría
en mi vientre”, como indicando el privilegio de hallarse el Precursor ante el
Mesías. Algunos teólogos han pensado que en este momento fue la santificación
del Bautista, y se plantearon problemas sutiles y gratuitos relativos a su
libertad y conocimiento por razón del gozo. Isabel esta
inspirada por el Espíritu Santo, ella ve en María el instrumento providencial
de la salvación que vendrá a través del “Fruto de su vientre”, el Salvador y
Redentor de Israel, al que no se puede aclamar menos que bendito. “Feliz de ti por
haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
Nuevamente beatifica Isabel a María. En efecto, Isabel, elogia a María, “que creyó,”
por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de Dios.
Con ello se exalta la fe de María. Porque María creyó,
ésta fue su grandeza, este es el fundamento de toda su alegría y felicidad,
su fe, es decir María, es REFLEXION María es “La que ha
creído” y el acto de fe en el ángel, la constituye en María, Madre de todos
los creyentes en Jesús, nuestro Salvador. Esto no fue oculto a Isabel, por
eso llama a María, “Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a
visitarme?. En otras palabras, reconoce a María como
Bella enseñanza la
de María, ella es feliz, es dichosa, porque ha creído, porque ha aceptado Ojala, la palabra de
Dios, lleguen en estas fechas tan llenas de esperanza en la espera de
Pentecostés, a los corazones de todos los hombres y sea aceptada con amor, y
así poder recibir las bendiciones del Señor. Unidos en Pedro Sergio |
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