Caminando con Maria Pedro Sergio Antonio Donoso Brant REFLEXIONES
PARA EL MES DE MARIA MES DE MAYO/NOVIEMBRE
(En Chile) Para reflexionar junto al Santo Rosario |
Estamos llamados
también a transfigurarnos cada vez más por la acción del Señor, la sociedad,
el mundo, y nosotros en él, se transformara cada vez que aceptamos la voz del
Padre en su Hijo, cuando escuchamos su Palabra y la llevamos a la vida.
Aceptar las palabras de Jesús, es una invitación a transfigurarnos, es decir
a transformarnos en hombres buenos, y salir al mundo a hacer el bien. |
JUEVES MISTERIOS LUMINOSOS 4º Misterio La Transfiguración del Señor Mc 9, 2-13 Jesús tomó a Pedro,
Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se
transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron
resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y
se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Pedro dijo a Jesús:
“Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías”. Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de
temor. Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz:
“Éste es mi Hijo muy querido, escúchenlo”. De pronto miraron a su alrededor y
no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos. Mientras bajaban del monte,
Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre
resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se
preguntaban qué significaría “resucitar de entre los muertos”. Y le hicieron
esta pregunta: “¿Por qué dicen los escribas que antes debe venir Elías?”.
Jesús les respondió: “Sí, Elías debe venir antes para restablecer el orden en
todo. Pero, ¿no dice la Escritura que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y
ser despreciado? Les aseguro que Elías ya ha venido e hicieron con él lo que
quisieron, como estaba escrito”. COMENTARIO Profundizado en la
enseñanza de este relato del Evangelio, los que observamos es que en aquel
tiempo, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los
hizo subir a solas con él, Marcos relata que: los condujo solos a un monte
alto y apartado. No se precisa el nombre del lugar, Mateo dice que es un
monte elevado, pero la tradición lo ha localizado en el Tabor, de
aproximadamente Jesús tomó a Pedro,
Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. En otra ocasiones, el ha
subido al monte a orar solo, (Mt 14, 23) en esta ocasión ha invitado a tres
de sus apóstoles y, los ha escogido como testigos para una gran
acontecimiento. Ellos son los mismos apóstoles que luego serán testigo de de
su agonía en Getsemani. Se podría pensar que ocupaban un lugar privilegiado
de entre sus apóstoles. La primera enseñanza
importante es, que Jesús había subido orar, él siempre lo esta haciendo, es
un modelo que debemos hacerlo parte de nuestra vida diaria, orar al Padre. En
esta ocasión invita tres de sus amigos íntimos, entregándonos una gran
oportunidad para aprender de este ejemplo, cuando Jesús invita a seguirlo, es
porque nos esta dando la oportunidad de ser testigo de las maravillas del
Señor, como para darnos a conocer cada instante de su vida. Prestemos
atención a las invitaciones que nos hace Jesús, tengamos disposición de
atender sus palabras, y guardar silencio para oírlo. De acuerdo al relato
de Lucas, mientras Jesús oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras
se volvieron de una blancura deslumbrante. Ahí se transfiguró en presencia de
sus apóstoles, y como dice Mateo, su rostro se puso resplandeciente como el
sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. San Marcos nos dice
que: Sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como no los
puede blanquear lavandero sobre la tierra. De pronto aparecieron
ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús, según Lucas, también
aparecen resplandecientes. La transfiguración,
es una experiencia profunda de fe tenida por Pedro, Juan y Santiago, los
amigos más íntimos de Jesús. Así es, que como para llegar a conocer los
momentos más transcendentes de Jesús, necesitamos ser sus amigos íntimos, con
una comunicación profunda, como la que ellos tuvieron para percibir a Jesús
en su verdadera identidad. Debe haber sido un
instante de éxtasis, vieron la realidad gloriosa de Jesús, aunque no se les
mostró en toda su magnitud, porque para llegar a entenderlo, tuvieron que
conocer a través de la vida, pasión y muerte y de sus propios sufrimientos y
muerte, que hay que pasar por esta última, la muerte, para llegar a la vida. Tomando Pedro la
palabra, dijo a Jesús: Rabí, bueno es estar aquí. Vamos a hacer tres tiendas,
una para ti, una para Moisés y una para Elías. Muchas veces soñamos con
grandes templos y majestuosos, no preocupamos por construir bellas Iglesias o
templos muy bien ambientados para Dios, sin embargo siempre debemos recordar
que el lugar favorito de El no deja de ser aquí entre nosotros, en el corazón
de todos los hombres, en nuestra familia, junto a los niños, a los
trabajadores, a los religiosos, sacerdotes, laicos, y con gran privilegio
donde la calidez del amor esta presente. Cuando aún estaba
hablando, se formó una nube que los cubrió con su sombra, y se dejó oír desde
la nube una voz: Este es mi Hijo amado, escuchadle. La manifestación de esta
nube luminosa, es una revelación de la divinidad, lo que los teólogos llaman
teofanía, es el símbolo de la presencia de Dios, y en ese momento sucede
allí. Dice el Evangelio según san Mateo que al oír esto, los discípulos
cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor, esto es porque en el
Antiguo Testamento se decía que no se podía ver a Dios y vivir (Ex 33:19; Lev
14:13; etc.). Esto es lo que se acusa aquí. En san marco es más sobrio el
relato, porque solo dice: Luego mirando en derredor, no vieron a nadie con ellos,
sino a Jesús solo. Pero debemos
comprender, que esta es nuestra gran instrucción que nos solicita Dios,
escuchar a su Hijo amado, y eso nos debe caracterizar para ser un servidor de
verdad, oír siempre a Jesús, esta actitud receptiva es para la palabra y la
total aceptación de Cristo, es una invitación a descubrir lo divino de sus
enseñanzas y toda su obra. En esta proclamación que hace el Padre de su Hijo,
lo muestra como Dios, revelando la filiación divina de Jesús. Bajando del monte,
les prohibió contar a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre
resucitase de entre los muertos. Los discípulos Le
preguntaron diciendo: ¿cómo dicen los escribas que primero ha de venir Elías?
El les dijo: Cierto que Elías, viniendo primero, restablecerá todas las
cosas; pero ¿cómo está escrito del Hijo del hombre que padecerá mucho y se
verá despreciado? Yo os digo que Elías ha venido ya y que hicieron con él lo
que quisieron, como de él está escrito. Los discípulos hacen
esta pregunta basado en la profecías de Malaquías, en la cual dice que
"He Aquí yo Envío al profeta Elías antes de que venga el Día del Señor”
(Ma 4, 5). El profeta
Malaquías, es quien también dice que: El Hará volver el Corazón de los padres
a los hijos, y el Corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo y
golpee la tierra con Destrucción. (Mal 4,6) Los discípulos, en
vista de esto, creen que esta transformación gloriosa es precisamente la que
acababan de ver en el monte. Pero no sabían los discípulos por las Escrituras
la tal venida de Elías, sino porque lo habían oído de los escribas. Sin embargo los
escribas no interpretaban como a ellos les convenía todo lo relativo a la
venida de Elías. Ellos sostenían que, si Jesús era el Cristo, debía ser
precedido por Elías. En el Evangelio
según san Mateo Jesús resuelve la duda de los discípulos diciendo «Sí, Elías
debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha
venido” Cuando el Señor dice
que ya vino Elías, éste Elías de quien habla el Señor es Juan Bautista, a
quien por su especial ministerio llama Elías. Porque así como Elías será el
precursor de su segunda venida, así también lo ha sido Juan de la primera y
llamando a Juan "Elías", nos manifiesta el Señor la conformidad de
su venida con el Antiguo Testamento y las profecías. Parece que no
debemos extrañarnos sobre el hecho que los profetas de Dios sean rechazados y
no aceptados, más aún, negados, perseguidos y maltratados. Como dice san
Juan, “Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron” (Jn 1,11). Entonces si
a Juan Bautista, que ya había venido no lo recibieron a Elías que había de
venir, seguramente tampoco lo recibirían. Cristo agrega, ¿cómo está escrito
del Hijo del hombre que padecerá mucho y se verá despreciado? Dios, siempre envía
a sus profetas, ayer y hoy, hay emisarios, con una misión que cumplir. No es
fácil cumplir esta misión, hay que enfrentarse a muchas dificultades, tales
como el egoísmo, las soberbias y muchos intereses personales. También muchos
no quieren aceptar a estos emisarios y se burlan de los profetas del Señor. Por ser fieles a su
misión evangelizadora, sufren los emisarios del Señor persecuciones y
humillaciones. Porque así como
Elías no fue reconocido como enviados del Señor, del mismo modo como tampoco fue
reconocido Juan Bautista. No debemos sorprendernos de que a nosotros tampoco
nos reconozcan como sus emisarios. Pero no por esto nos vamos a desanimar y
no hagamos nuestra misión apostólica. REFLEXION Jesús nos
transfigura nuestra vida, El nos ayuda a descubrir la presencia de Dios en
nosotros y nos llama a ser sus testigos ante un mundo de contradicciones. La transfiguración
consiste esencialmente en la toma de conciencia, por parte de los tres
apóstoles, de que Jesús es verdaderamente el Mesías, también revela que la
persona de Jesús, es el Hijo muy amado del Padre y trascendente que posee su
misma gloria divina. Estamos llamados
también a transfigurarnos cada vez más por la acción del Señor, la sociedad,
el mundo, y nosotros en él, se transformara cada vez que aceptamos la voz del
Padre en su Hijo, cuando escuchamos su Palabra y la llevamos a la vida.
Aceptar las palabras de Jesús, es una invitación a transfigurarnos, es decir
a transformarnos en hombres buenos, y salir al mundo a hacer el bien Unidos en la Oración Pedro Sergio |
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