Caminando con Maria Pedro Sergio Antonio Donoso Brant REFLEXIONES
PARA EL MES DE MARIA MES DE MAYO/NOVIEMBRE
(En Chile) Para reflexionar junto al Santo Rosario |
Nuestra gran seguridad,
nuestra gran alegría, es tener por nuestra Madre, a la Madre de Dios, Virgen
Santísima, Reina del Cielo y de todo lo creado. |
DOMINGO MISTERIOS GLORIOSOS 5º Misterio La Coronación de Maria como Reina y
Madre de toda la creación 1. ¿Quién es ésta
que surge cual aurora, bella como la luna, refulgente como el sol?. (Cant. 6,
10). 2. Como flor del
rosal en primavera, como lirio junto al manantial; como brote del Líbano en
verano, como fuego e incienso en el incensario; como vaso de oro macizo
adornado de toda clase de piedras preciosas. (Eclo. 50, 8-9). 3. Yo soy la Madre
del Amor hermoso, del temor, del conocimiento, y de la santa esperanza.
(Eclo. 24, 24). 4. En mi está toda
gracia de camino y de verdad; en mi toda esperanza de vida y de virtud.
(Eclo. 24, 25). 5. Venid a mi los
que me deseáis y hartaos de mis frutos. (Eclo. 24, 26). 6. Que mi recuerdo
es más dulce que la miel; mi heredad mas dulce que panal de miel. (Eclo. 24,
27). 7. Ahora, pues,
hijos, escuchadme, escuchad la instrucción y haceos sabios, no la
despreciéis. (Prov. 8, 32-33). 8. Dichosos los que
guardan mis caminos. Dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta
cada día. (Prov. 8, 33-34). 9. Porque el que me
halla, ha hallado la Vida, ha logrado el Favor del Señor. (Prov. 8, 35). 10. Salve, oh Reina
de la Misericordia, líbranos del enemigo, y recíbenos en la hora de la
muerte. (Gradual M. de B. V M). COMENTARIO MARÍA, REINA Santa Catalina escribió
proféticamente: ¡Qué hermoso será oír: María es Reina del universo! María es reina del
corazón, de la familia, de la sociedad, de la Iglesia, del mundo. Pero
veremos asimismo cómo la Virgen del Globo y la Medalla Milagrosa son la mejor
representación de esta realeza. No sólo la Medalla nos vino del cielo,
también se nos dió el regalo de una imagen de María Reina, que debemos
recordar y venerar. El Papa Pío XII rubricó este mensaje de la Milagrosa
cuando el 1 de noviembre de 1954 instituyó para la piedad y la liturgia la
festividad de Santa María Reina para expresar así la conexión entre la
Realeza de María y su Asunción a los cielos. María, Reina al estilo de Jesús:
"servir a Dios es reinar". A la Virgen del Globo se le ha llamado,
desde 1830, Reina del Universo, Reina del mundo, Reina de la Iglesia, Reina
del pueblo ... María, en la Medalla
Milagrosa demuestra que quiere a este mundo en que vivimos. Lo tiene en sus
manos, se lo presenta al Padre, pide que le purifique de sus miserias. Un
mundo bueno y maravilloso por un lado y, por otro, penetrado de pecado y
encadenado por la serpiente. Un mundo en cuyo acabamiento según Dios estamos
comprometidos sin excepción todos los cristianos. Dice el Concilio de
la Virgen María que "que ella sobresale entre los humildes y pobres del
Señor, que confiadamente esperan y reciben la salvación" (LG 55) Pues bien, la figura
de María "sobresale entre los pobres y humildes del Señor": Ella es
la Virgen pobre con los brazos abiertos sólo al cielo, con el corazón confiado
sólo en Dios, con el alma apoyada sólo en la fe: porque se ha fiado de Dios,
porque ha creído en su Palabra. La Santísima Virgen
María, cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a
la gloria del cielo, en donde ella participa ya en la gloria de la
resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de
su cuerpo. (Catecismo de la Iglesia Católica, 974) Fue asunta en cuerpo
y alma a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como Reina
universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor
de señores y vencedor del pecado y de la muerte. (Lumen Gentium, 59) El misterio de María
compromete a todo cristiano, en comunión con la Iglesia, a meditar en su
corazón lo que la revelación evangélica afirma de la Madre de Cristo. En la
lógica del Magnificat, cada uno experimenta en sí, como María, al amor de
Dios descubrirá en las maravillas realizadas por la Santísima Trinidad en la
Llena de gracia un signo de la ternura de Dios por el hombre. (Juan Pablo II
- La Virgen María en la Sagrada Escritura y en la reflexión teológica) Eres toda hermosa, y
no hay en ti mancha. —Huerto cerrado eres, hermana mía, Esposa, huerto
cerrado, fuente sellada. —Veni: coronaberis. —Ven: serás coronada. (Cant., 4,
7, 12 y 8.) Si tú y yo hubiéramos tenido poder, la hubiéramos hecho también
Reina y Señora de todo lo creado. “En ese momento se
abrió en el cielo el Santuario de Dios: dentro del Santuario uno podía ver el
Arca de la Alianza de Dios…Apareció en el Cielo una mujer vestida de sol, la
luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. (Ap. 11,
19 - 12, 1) He aquí la síntesis
de todo el Rosario, que cierra la gran visión que se abrió con la anunciación
del ángel. Un único flujo de vida pasa a través de cada uno de los misterios
y nos recuerda el plan eterno de Dios para nuestra salvación; el comienzo, en
lo escondido; la conclusión, en el esplendor de los cielos. La reflexión ha de
recaer sobre nosotros mismos, sobre nuestra vocación, por la que un día
seremos asociados a los ángeles y a los santos y cuyas gracias santificantes
anticipa ya desde esta vida, la realidad misteriosa y consoladora. Oh, que
delicia; oh, que gloria. Somos conciudadanos de los santos y de la familia de
Dios; edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas,
siendo piedra angular el mismo Cristo Jesús (Ef 2,14-20). La intención en
este misterio es orar por la perseverancia final y por la paz sobre la
tierra, que abre las puertas de la eternidad bienaventurada. (Juan XXIII) El Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo la coronan como Reina que es del Universo….Y le rinden
reverencia de vasallos los Angeles..., y los patriarcas y los profetas y los
Apóstoles..., y los mártires y los confesores y las vírgenes y todos los
santos..., y todos los pecadores y tú y yo….Es justo que el Padre y el Hijo y
el Espíritu Santo coronen a la Virgen como Reina y Señora de todo lo creado. La Virgen. ¿Quién
puede ser mejor Maestra de amor a Dios que esta Reina, que esta Señora, que esta
Madre, que tiene la relación más íntima con la Trinidad: Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo, y que es a la vez Madre
nuestra? La Maternidad divina
de María es la raíz de todas las perfecciones y privilegios que la adornan.
Por ese título, fue concebida inmaculada y está llena de gracia, es siempre
virgen, subió en cuerpo y alma a los cielos, ha sido coronada como Reina de
la creación entera, por encima de los ángeles y de los santos. Más que Ella,
sólo Dios. La Santísima Virgen, por ser Madre de Dios, posee una dignidad en
cierto modo infinita, del bien infinito que es Dios. No hay peligro de
exagerar. Nunca profundizaremos bastante en este misterio inefable; nunca
podremos agradecer suficientemente a Nuestra Madre esta familiaridad que nos
ha dado con la Trinidad Beatísima. (Amigos de Dios, 276 San Josemaría) Honra mucho a María.
Es tu madre tan buena y cariñosa, que jamás dejará de velar por ti…….Mi
espejo ha de ser María. Puesto que soy su hija, debo parecerme a Ella y así
me pareceré a Jesús…..Pídele a la Santísima Virgen que sea tu guía; que sea
la estrella, el faro que luzca en medio de las tinieblas de tu vida… (Santa
Teresa de los Andes) "Tales eran las
de la gloriosísima Virgen nuestra Señora, la cual, estando desde el principio
levantada a este alto estado, nunca tuvo en su alma impresa forma de alguna
criatura, ni por ella se movió, sino siempre su moción fue por el Espíritu
Santo" ( San Juan de la Cruz, Subida III, 2,10). "la Madre de
Dios es mía" (San Juan de la Cruz, Oración del alma enamorada). Unidos en la Oración Pedro Sergio |
Caminando con Maria Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant |