Caminando con Maria Pedro Sergio Antonio Donoso Brant REFLEXIONES
PARA EL MES DE MARIA MES DE MAYO/NOVIEMBRE
(En Chile) Para reflexionar junto al Santo Rosario |
María, madre de
Jesus, servidora sublime y excelsa de Dios, se da cuenta en este minuto, que
ya ha cambiado su relación con Jesus, el ha dado ya una temprana señal de
emancipación al quedarse sin avisarles en el templo de Jerusalén, aunque
luego él regreso junto a sus Padres a Nazaret y sumiso a ellos. |
SABADO MISTERIOS GOZOSOS 5º Misterio El Hallazgo de Jesus en el Templo Lc 2, 41-51 Sus padres iban cada
año a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando era ya de doce años, al
subir sus padres, según el rito festivo, y volverse ellos, acabados los días,
el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo echasen de ver.
Pensando que estaba en la caravana, anduvieron camino de un día. Buscáronle entre parientes y conocidos, y al no
encontrarle, se volvieron a Jerusalén en busca suya. Y al cabo de tres días
le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y
preguntándoles. Cuantos le oían quedaban estupefactos de su inteligencia y de
sus respuestas. Cuando sus padres le vieron, se maravillaron, y le dijo su
madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? Mira que tu padre y yo, apenados,
andábamos buscándote. Y les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es
preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre? so Ellos no entendieron lo que
les decía. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y les estaba sujeto, y su madre
guardaba todo esto en su corazón. Jesús crecía en sabiduría y edad y gracia
ante Dios y ante los hombres. COMENTARIO Este fragmento del
Evangelio según San Lucas, invita a fijarse en varios puntos, donde se habla
de las costumbres de las familias judías en tiempos de Jesus, reflejadas en
la vida del matrimonio de San José y María Santísima, pero también invita a
reflexionar sobre como Jesus, hace ver que su prioridad es su Padre celestial
frente a la más que legítima angustia con que María y José anduvieron tres
días buscándolo a él, extraviado y hallado finalmente en el templo. En los primero
versículos, detalle muy importante a considerar, dice: Los padres de Jesús
iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Es decir, José y
María tenían por costumbre subir a estas fiestas de la Pascua, con este
detalle, se puede afirmar aún más la virginidad de María, como es lógico
pensar, si hubiese estado embarazada y con más hijos pequeños, no hubiese
podido subir cada año a Jerusalén, ya que habría tenido que cuidarse y su
pequeños no le hubiesen permitido hacerlo. Este relato nos dice
que cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre. No dice que
el motivo de subir fue porque cumplió doce años, y es posible que era
costumbre llevarlo antes. Luego, acabada la
fiesta, María y José regresaron. Al parecer, no era indispensable quedarse
toda la semana pascual, si era obligatoria la estancia allí los dos primeros
días. Así entonces, ellos se vuelven a Nazaret. El Evangelio de
Lucas, siempre relatas los sucesos en episodios históricos. En este caso,
este es una historia de proclamación. Sabemos que los varones judíos tenían
obligación de subir a Jerusalén en las tres fiestas de peregrinación, estas
son Pascua, Pentecostés y Tabernáculos (Ex 23:14-17; 24:23; Dt 16:16).
También sabemos, que en la práctica, viviendo lejos de Jerusalén, sólo solían
asistir a una. Otro dato es que las mujeres no estaban obligadas a ir y ni
tampoco los niños hasta los trece años, aunque a los doce se los solía hacer
cumplir las prácticas de la Ley, para acostumbrarlos. El relato continua
diciéndonos que José y María regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén
sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que Jesus estaba en la caravana,
caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y
conocidos. Un niño de doce años en Oriente tiene gran libertad de
movimientos. Era natural que fuese entre alguno de los grupos, un poco
desordenados y distanciados de la caravana. La aglomeración en Jerusalén era
grande. El historiador judío Josefo da una cifra fantástica, 2.700.000
personas, para hacer ver la aglomeración que se reunía y lo nutrido de las
caravanas. Talvez por eso supusieron que estaría en la caravana. Sin embargo
al darse cuenta de su ausencia, después de haber caminado un día, se devuelve
a Jerusalén a buscarlo, preguntando, sin duda, por todas partes. Al cabo de
tres días, probablemente contados a partir del comienzo de su retorno, le
encontraron en el templo. Estaba en medio de los doctores, sentado, y estaba
oyéndoles y preguntándoles. Como sería esto de
estar en medio de los doctores? Los doctores solían
enseñar en alguna cámara que daba a los atrios o en los atrios mismos. A
veces había reunión de varios doctores, para discutir puntos de la ley, se
admitían a ellas discípulos u oyentes, y se permitía el interrogarles.
Enseñaban sentados en un estrado, y los discípulos también estaban sentados
en torno suyo (Act 22:3). El que estuviese en el medio indica sólo entre
ellos. Conforme, a las costumbres, no sólo se oía las explicaciones, sino que
también era posible preguntar. El evangelista destaca que los que le oían se
maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando los Padres de
Jesus le encontraron, se maravillaron del hecho de estarse entre los
doctores, y acaso escucharon alguna de aquellas respuestas maravillosas que
daba a las preguntas de un rabí. Al encontrarse Maria
con Jesus, le dice: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?: Ella, llevada
por el impulso afectivo de madre, le manifestó a Jesus la pena que tenían por
ver su ausencia e ignorar su paradero. Pero la respuesta de Jesus, es de un
estudio clásico para muchos teólogos, ¿Por qué me buscaban?. Algunos sobrentienden que la pregunta va a ¿Por qué me
buscaban por las casas de los parientes y amigos? (en la ciudad), sin embargo
otros exponen que quiso decir que no era ahí donde iba a estar, sino que en
la casa de mi Padre (El Templo), ya que Jesús estaba en el templo, que es
donde lo encontraron. Entonces es allí es donde debían, sin más, haberle
buscado Luego Jesus les dice
a sus Padres: ¿No sabéis que debo ocuparme? La interrogación negativa supone
en ellos respuesta afirmativa. Ellos, pues, sabían que El, aunque aún niño,
debía ocuparse. ¿En qué? Jesus dice: ¿yo debo ocuparme de los asuntos de mi
Padre?”, por tanto El está ocupado en las cosas de su Padre, que es Dios. Jesús, se presenta
llamando a Dios su Padre, - mi Padre - con una propiedad y una exclusividad
única. Recordemos que Maria le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?
Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados” y EL responde que ellos
deben saber, saben, que su obligación es estar ocupado en las cosas y misión
de mi Padre. Por eso estaba en el Templo, porque allí moraba Dios, su Padre.
Es un pasaje sinóptico que enlaza con las enseñanzas del Evangelio de Jn, en
donde Cristo se muestra como el Hijo de Dios. Por lo que los judíos querían
matarle, porque decía a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios (Jn 5:18). El evangelista
resalta que ellos (sus padres) no entendieron lo que les decía. Pero Cristo
les dice, aunque en forma interrogativa, que sabían que tenía que ocuparse
-era su misión - en las cosas –templo- de su Padre. Después del relato de la
anunciación, de Lucas, esto sería incomprensible. Esta ignorancia se refiere
al desarrollo de la obra mesiánica: al plan concreto cómo Dios lo iba
realizando, y que ellos ignoraban, por eso Jesús les pregunta: ¿No sabían
que…? Pero, sabiendo
ellos, como se ve en Lucas, que su hijo era el Hijo de Dios, esta respuesta
de Jesús, llamando en forma tan excepcional a Dios su Padre, es la
proclamación que Jesús, Cristo hace a sus padres, con un motivo
circunstancial y concreto, que El es el “Hijo de Dios”. Un teólogo recalca
que este Evangelio es preciso en la respuesta de Jesús, las otras seis veces
que sale esta expresión en el Evangelio de Lucas (13:33; 24:26; 24:44, etc.)
está siempre en relación con la Pasión, como complemento de profecías. Y
traduciendo la frase con mi Padre, indicaría Cristo el retorno al mismo, a
través de su pasión y resurrección. Así se ve una confirmación en lo que
encuentran después de tres días (Lc 24:7), con su alusión parcial. Y cómo,
perdido, lo encuentran (a los tres días), que sería como un aparecérseles de
nuevo. A esto se une el pasaje de Jn, cuando anunciando a los apóstoles su
ida al Padre, les dice: Y sabéis a donde voy. Tomás le dice: No sabemos a
dónde vas (Jn 14:4.5). En Lc el Niño dice: ¿No sabíais? (el supone respuesta
afirmativa) que me debo de ocupar en la casa (cosas) de mi Padre? Y en Jn se
dice que va a la casa de su Padre (Jn 14:2). Esto sería, precisamente, lo que
sus padres no entendieron. Vueltos a Nazaret,
el Niño, que había manifestado su conciencia divina, les estará sujeto. Era
el plan de su Padre hasta su aparición pública. María, madre de
Jesus, servidora sublime y excelsa de Dios, se da cuenta en este minuto, que
ya ha cambiado su relación con Jesus, el ha dado ya una temprana señal de
emancipación al quedarse sin avisarles en el templo de Jerusalén, aunque
luego él regreso junto a sus Padres a Nazaret y sumiso a ellos. En la edad
adulta, toda la predicación que Jesus hace, obedece por sobre todo, a lo que
su Padre le envió. Otra vez Lucas hace
saber que María guardaba todo esto en su corazón, confrontándolo,
meditándolo, viviéndolo. A la luz de la teología mariana se comprende bien
toda esta actitud de María (Lc 2:19). ¿Fue María la fuente directa de todos
estos conocimientos a Lucas? Probablemente no. Si por razón de coincidencias
cronológicas sería posible. Más delante de este
relato, Lucas termina con una frase que prepara la hora de la presentación de
Cristo a Israel. Crecía en sabiduría
(ciencia experimental y en la manifestación de su misma sabiduría
sobrenatural proporcional a su edad), en edad o estatura, ο mejor aún,
todo lo que implicaba su desarrollo físico (Lc 1:80), y gracia, todo favor
divino, ante Dios y ante los hombres. Todo esto se manifestaba externamente,
y proporcionalmente, para con Dios y para con los seres humanos. Esta
descripción evoca la niñez de Samuel (1 Sam 2:26),
y el tema de la Sabiduría en los libros sapienciales. REFLEXION El SS Padre Juan
Pablo II, en el mensaje para la cuaresma 2004, concluye: cuando a la edad de
doce años se quedó en el templo de Jerusalén, mientras sus padres le buscaban
angustiados, les dijo: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme
de los asuntos de mi Padre?” (Lc 2,49). Ciertamente, toda su existencia
estuvo marcada por una fiel y filial sumisión al Padre celestial. “Mi comida
–decía– es hacer la voluntad de aquel que me envió
y llevar a cabo su obra” (Jn 4,34). Unidos en la Oración Pedro Sergio |
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