Caminando con Maria Pedro Sergio Antonio Donoso Brant REFLEXIONES
PARA EL MES DE MARIA MES DE MAYO/NOVIEMBRE
(En Chile) Para reflexionar junto al Santo Rosario |
La Institución de la
Eucaristía. Me trae gran recuerdo la celebración que hacemos el Jueves Santo,
donde nos impresiona como Cristo, nos deja la Vida en la mesa de la Santa
Cena bajo la forma de pan partido y vino derramado, todo esto, un día antes
de que le quiten la Vida, es decir, El antes de ir al calvario no dejo todo
su amor. |
JUEVES MISTERIOS LUMINOSOS 5º Misterio La Institución de la Eucaristía Lc 22, 14-23 Cuando llegó la
hora, se puso a la mesa, y los apóstoles con El. Y les dijo: Ardientemente he deseado comer esta
Pascua con vosotros antes de padecer, porque os digo que no la comeré más
hasta que sea cumplida en el reino de Dios. Tomando el cáliz, dio gracias y
dijo: Tomadlo y distribuidlo entre vosotros; porque os digo que desde ahora
no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el reino de Dios. Tomando el
pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: Este es mi cuerpo, que es
entregado por vosotros; haced esto en memoria mía. Asimismo el cáliz, después
de haber cenado, diciendo: Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre, que
es derramada por vosotros. Mirad, la mano del que me entrega está conmigo a
la mesa. Porque el Hijo del hombre va su camino, según está decretado, pero
¡ay de aquel por quien será entregado! Ellos comenzaron a preguntarse unos a
otros sobre quién de ellos sería el que había de hacer esto. COMENTARIO Este relato de la
institución eucarística, se destacan algunos elementos propios de Lucas,
aunque las narraciones de los otros evangelio básicamente son las mismas. Cristo les dice; “porque
os digo que desde ahora no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el
reino de Dios”, es decir anuncia el fin de la vieja Pascua, sustituida por la
muerte de Cristo y renovada en la Eucaristía, “memorial” de su muerte. No
volverá a comer más esta Pascua hasta que “sea cumplida en el reino de Dios.” Ni volverá a beber
esta Pascua hasta que “llegue el reino
de Dios.” Este nuevo banquete
que El comerá con ellos en el reino, la Iglesia, se lo suele interpretar, no
en sentido metafórico, sino de “las comidas que debían tener lugar después de
la resurrección, y que él (Lc) es el único en mencionar.” En Lc, por el hecho
de haber puesto en este cuadro la metáfora del “cáliz” como parte del
banquete escatológico, creó en la tradición manuscrita una fuerte oscilación.
Algunos escribientes, creyendo que era una repetición este “cáliz” del que
luego cita al hablar de la consagración eucarística, quitaron unas veces la
narración del primero y otras la del segundo. Después de la
bendición se bebía la primera copa ritual; luego se hacía del relato de la
Pascua. Este lo hacía el que presidía, citando los textos Dt 26, “Ex 13;
12:29; 1:14, a petición del más joven de los presentes; aquí probablemente
Juan. Luego se cantaba la primera parte del Hallel (Sal 113-14), y después se
partía y daba el pan. Este debió de ser el momento de la consagración del pan
eucarístico. Otro hecho que se
destaca en este relato, es que Lucas es el único evangelista que, después de
la consagración del pan, agrega en boca de Cristo: “Haced esto en memoria
mía”. Pablo, en el lugar paralelo, trae esta fórmula dos veces. La fórmula es
auténtica. El concilio de Trento definió doctrina de fe que con ella Cristo
ordenó sacerdotes a los apóstoles y les preceptuó que ellos y sus sucesores
ofreciesen el sacrificio eucarístico. La ausencia de esta fórmula en los
evangelios de Mateo y Lucas se debe, seguramente, a que, procediendo estos
relatos eucarísticos inmediatamente del uso litúrgico, no se creyó necesario,
en ciertas catequesis, conservarla, máxime cuando les podía resultar
innecesaria, ya que está implicada en la celebración eucarística, la nueva
Pascua. También, Lucas “por
vosotros”, a diferencia de los evangelios de Mateo y Marcos, se dice que esto
es debido a la liturgia, de donde pasa directamente a los evangelios, y que
se “adapta” en su enunciación a los cristianos asistentes. Esta “anamnesis” es,
en sustitutivo de la Vieja Alianza, la constante renovación de este
sacrificio redentor. La Antigua Alianza era una “memoria” (cf. Ex 12:14;
13:9; Dt 16:3). Pero ésta era para un judío la restitución de una situación
pasada en un momento desaparecido (y) esto significa que cada uno, al
recordarse de la liberación de Egipto, debe saber que él mismo es objeto del
acto redentor, en cualquier generación a que él pertenezca. “Así también, de
alguna manera, la nueva Pascua eucarística, que tiene a todo hombre vinculado
a ella por el sacrificio de la cruz, no hace otra cosa que actualizar, indeficientemente,
el sacrificio redentor, al que todos están por necesidad vinculados”. Aquí
esta “memoria” es “anunciar la muerte del Señor” (1 Cor 11:26) al renovar su
mismo sacrificio redentor; la nueva y eterna alianza. Otra situación
especial, es que Lucas es el único evangelista que dice que la consagración
del cáliz tiene lugar “después de cenar”. Los otros sinópticos sólo dicen que
la institución eucarística se realiza “mientras cenaban.” No es más que
efecto del ritual de la cena pascual. Tenía diversas partes, pero la cena
estrictamente dicha terminaba con la comida del cordero pascual, aunque
seguían después nuevos complementos. Y este relato de Lucas no hace otra cosa
que precisar el momento de la consagración del cáliz, que fue precisamente “después”
de comer el cordero. Acaso correspondió al tercer cáliz de vino que se bebía
después de comer el cordero, y que se llamaba el “cáliz de bendición,” por
las largas bendiciones que sobre él se hacían (1 Cor 10:16). Por último, y muy
brevemente, Lucas pone a continuación la denuncia del traidor. REFLEXION “En el Sacramento de
la Eucaristía, el Salvador, encarnado en el seno de María hace XX siglos,
continúa ofreciéndose a la humanidad como fuente de vida divina”, Juan Pablo
II. La Eucaristía nos
muestra a Cristo en una generosidad impactante, nos muestra en ella, su amor total e
infinito. Contemplar hoy este misterio es una invitación a reencontrarnos con
Cristo. El relato de la
Institución de la Eucaristía, ocurre en un instante muy concluyente, Cristo nos
amó primero y manifiesta su amor total y absoluto entregándose a la humanidad
en la Eucaristía. Me trae gran
recuerdo la celebración que hacemos el Jueves Santo, donde nos impresiona
como Cristo, nos deja la Vida en la mesa de la Santa Cena bajo la forma de
pan partido y vino derramado, todo esto, un día antes de que le quiten la
Vida, es decir, El antes de ir al calvario no dejo todo su amor. Que hermoso gesto el
de Cristo. Que Grande y Bueno es el Señor, primero bajo del cielo para ser
Hombre y llevar una vida humana junto a nosotros y ahora se nos presenta en
la Eucaristía. “Tomando el pan, dio
gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: Este es mi cuerpo, que es entregado
por vosotros; haced esto en memoria mía. Asimismo el cáliz, después de haber
cenado, diciendo: Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre, que es
derramada por vosotros” Cristo se hace
presente real y verdaderamente en el misterio de la Eucaristía. “Desde hace dos mil
años, la Iglesia es la cuna en la que María coloca a Jesús y lo entrega a la
adoración y contemplación de todos los pueblos…En el signo del Pan y del Vino
consagrados, Jesucristo resucitado y glorificado, luz de las gentes,
manifiesta la continuidad de su Encarnación” (Nos dice el Papa Juan Pablo II,
Bula Incarnationis Mysterium, 11). Unidos en la Oración Pedro Sergio |
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