EL NACIMIENTO DE JESÚS EN BELÉN

 

EL NACIMIENTO DE JESÚS EN BELÉN

 

 

Lc. 2, 6-7

«Y sucedió que, estando en Belén, le llegó a María la hora del parto, y dio a luz a su Hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada».

 

 

REFLEXIÓN DE JUAN XXIII

En el momento justo, según las leyes de la naturaleza humana asunta, el Verbo de Dios hecho hombre sale del tabernáculo santo que es el seno inmaculado de María. Su primera aparición en el mundo es un pesebre donde las bestias se alimentan de heno; todo en derredor es silencio, pobreza, sencillez, inocencia. Se oyen voces de ángeles que anuncian en el cielo la paz que el recién nacido trae al universo. Los primeros Adoradores son María y José, el padre putativo; después, los humildes pastores, invitados por las voces angélicas, descienden de la colina. Más tarde llegará una caravana de gente ilustre precedida, desde lejos, por una estrella y ofrecerá dones preciosos, llenos de significado.

Pero entre tanto adquiere aquella noche de Belén lenguaje de universalidad.

Sobre este tercer misterio hay quien gusta contemplar los ojitos sonrientes del Divino Infante en actitud de mirar a todos los pueblos de la tierra que pasan, uno después de otro, como en fila, ante Él y a los que Él identifica: hebreos, romanos, griegos, chinos, pueblos de África y de todas las regiones del universo y de todas las épocas de la historia, pasadas, presentes y futuras.

A otros, en cambio, durante las diez Avemarías de este misterio del nacimiento de Jesús, les gusta encomendar a Él el número incontable de los niños de todas las razas humanas que durante las últimas veinticuatro horas del día y de la noche precedente han nacido. Todos estos niños, bautizados o no, pertenecen a Jesús de Belén y la continuación de su dominio de luz y de paz...

 

 

 

Que María viva en tu corazón

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

www.caminando-con-maria.org

p.s.donoso@vtr.net    

VOLVER  AL INICIO