|
||
|
LA VISITACIÓN |
|
Lc. 1,
41-43 «Y en cuanto oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó de gozo en su
seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando en voz alta,
dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿De
dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor a visitarme?». |
||
|
||
REFLEXIÓN DE JUAN XXIII ¡Qué suavidad y qué gracia en aquella visita de
tres meses de María a su querida prima! La una y la otra depositarias de una
maternidad inminente; para Esta visión de Ain Karim sobre la colina del
Hebrón, ilumina con luz celestial y humanísima, a la vez, las relaciones de
las familias buenas, educadas en la escuela antigua del Rosario rezado todas
las tardes en casa, en la intimidad; y en todos los puntos de la tierra donde
alguno es llamado por alta inspiración sacerdotal, de caridad misionera, de
apostolado o también por motivos legítimos de diversa naturaleza: trabajo,
comercio, servicio militar, estudio, enseñanza o cualquier otra razón. ¡Qué
hermoso reunirse durante las diez Avemarías de este misterio donde tantas
almas unidas por razón de sangre, por vínculos domésticos, por todo aquello
que santifica y estrecha los sentimientos de amor entre las personas más
queridas, padres e hijos, hermanos y parientes, con vecinos o pertenecientes
a un mismo pueblo, en acto de reflejar, de iluminar, un sentimiento de
caridad universal, cuyo ejercicio es alegría y honor de la vida... |
||
Que María
viva en tu corazón Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant p.s.donoso@vtr.net |