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Cant. 3,6; 8,5. Is. 61, 10. «Quién es ésta que sube del desierto, apoyada sobre su Amado, como
columna de humo aromático, como aroma de incienso y mirra?». «Quién es ésta que sube del desierto, apoyada sobre su Amado, como
columna de humo aromático, como aroma de incienso y mirra?»
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REFLEXIÓN DE JUAN XXIII La suave imagen de María se ilumina e irradia en
la suprema exaltación. ¡Qué bella escena la Dormición
de María, tal como los cristianos de Oriente la contemplan!: Ella permanece distensa en el plácido sueño de la muerte y Jesús está
junto a ella y tiene en su pecho, como a un niño, el alma de la Virgen para
indicar el prodigio de la inmediata resurrección y glorificación. Motivo de
consuelo y de confianza en los días de dolor para aquellas almas
privilegiadas, que Dios prepara en silencio para los más altos triunfos. El
misterio de la asunción nos familiariza con el pensamiento de nuestra muerte,
en una luz de plácido abandono en el Señor, que queremos que esté cerca en
nuestra agonía para recoger entre sus manos nuestra alma inmortal... |
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Que María
viva en tu corazón Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant p.s.donoso@vtr.net |