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Ap. 11, 19 - 12, 1 «En ese momento se abrió en el cielo el Santuario de Dios: dentro del
Santuario uno podía ver el Arca de la Alianza de Dios». «Apareció en el Cielo una mujer vestida de sol, la luna bajo sus pies, y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza». |
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REFLEXIÓN DE JUAN XXIII He aquí la síntesis de todo el Rosario, que
cierra la gran visión que se abrió con la anunciación del ángel. Un único
flujo de vida pasa a través de cada uno de los misterios y nos recuerda el
plan eterno de Dios para nuestra salvación; el comienzo, en lo escondido; la
conclusión, en el esplendor de los cielos. La reflexión ha de recaer sobre nosotros mismos,
sobre nuestra vocación, por la que un día seremos asociados a los ángeles y a
los santos y cuyas gracias santificantes anticipa ya desde esta vida, la
realidad misteriosa y consoladora. Oh, que delicia; oh, que gloria. Somos
conciudadanos de los santos y de la familia de Dios; edificados sobre el
fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo piedra angular el mismo
Cristo Jesús (Ef 2,14-20). La intención en este misterio es orar por la
perseverancia final y por la paz sobre la tierra, que abre las puertas de la
eternidad bienaventurada. |
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Que María
viva en tu corazón Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant p.s.donoso@vtr.net |