|
LAS GLORIAS DE MARÍA San Alfonso María de Ligorio SÚPLICA DEL AUTOR A JESÚS Y A MARÍA |
ORACIÓN A MARÍA, REINA MISERICORDIOSA Madre de Dios y señora mía, María. Como se presenta a una gran reina un pobre andrajoso y llagado, así me presento a
ti, reina de cielo y tierra. Desde tu trono elevado dígnate volver los ojos a
mí, pobre pecador. Dios te ha hecho tan rica para que puedas socorrer a los pobres, y te ha constituido reina de misericordia para que puedas
aliviar a los miserables. Mírame y ten compasión de mí. Mírame y no me dejes; cámbiame de pecador en
santo. Veo que nada merezco y por mi ingratitud debiera verme privado de todas las
gracias que por tu medio
he recibido del Señor. Pero tú, que eres reina de misericordia, no andas buscando méritos, sino miserias y
necesidades que socorrer. ¿Y quién más pobre y necesitado que yo? Virgen excelsa, ya sé que tú, siendo la reina del universo, eres también la
reina mía. Por eso, de manera muy especial, me quiero dedicar a tu servicio, para que dispongas
de mí como te agrade. Te diré con san Buenaventura: Señora, me pongo bajo tu servicio para que del todo
me moldees y dirijas. No me abandones a mí mismo; gobiérname tú, reina
mía. Mándame a tu arbitrio y corrígeme si no te obedeciera, porque serán para mí muy saludables los avisos que
vengan de tu mano. Estimo en más ser tu siervo que ser el dueño
de toda la tierra. ”Soy todo tuyo, sálvame” (Sal 118, 94). Acéptame por tuyo y líbrame. No quiero ser mío; a ti me entrego. Y si en lo pasado te serví mal, perdiendo tan bellas ocasiones de
honrarte, en adelante quiero unirme a tus siervos los más amantes y
más fieles. No quiero que nadie me aventaje en honrarte y
amarte, mi amable reina. Así lo prometo y, con tu ayuda, así espero
cumplirlo. Amén. Amén. |
|