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“MI ALMA CANTA EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS. LC 1, 46- Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant |
María dijo: Mi alma canta la
grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes
cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en
generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de sus tronos, y
elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los
ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su
misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham
y de su descendencia para siempre. El “Magníficat” El fragmento del
evangelio, nos presenta el cántico de María, “El Magníficat”, responde a una
explosión de júbilo en Dios, incubada desde que se había realizado en ella el
misterio de la encarnación. “El himno de María no es ni una respuesta a
Isabel ni propiamente una plegaria a Dios; es una elevación y un éxtasis” y
una profecía. María dijo entonces; “Mi
alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios,
mi Salvador”, este canto es la una expresión elevadísima del alma de María,
donde las lágrimas de alegría, gozo y esperanzas, se encierran en el Corazón
de Podemos observar, en este
cántico, la alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella, el
reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo y como con esta obra se
cumplen las promesas hechas. “Porque él miró con bondad
la pequeñez de su servidora”. La humildad de La alabanza que hace María
a Dios por la elección que hizo en ella, engrandeciendo a Dios, ella esta
profundamente agradecida, así es como le bendice y le celebra. Este gozo de María es en
Dios “mi Salvador.” Nunca como aquí cobra esta expresión el sentido mesiánico
más profundo. Ese Dios Salvador es el Dios que ella lleva en su vientre, y
que se llamará Jesús, Yehoshúa, es decir, Yahvé salva. Y ella se goza y alaba
a Dios, su Salvador. María atribuye esta obra a
la pura bondad de Dios, que miró la “humanidad” de su “esclava.” Fue pura
elección de Dios, que se fijó en una mujer de condición social desapercibida,
aunque de la casa de David. Pero por esa mirada de elección de Dios, “desde
ahora” es decir, en adelante, la van a llamar “bienaventurada todas las
generaciones.” “En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz”, por esa dignidad tan grande a la cual María
fue elevada. Como vemos hoy, todas las generaciones cristianas de todos los
siglos, han cantado las glorias de esta Virgen humilde y amorosa, que fue
hecha Es la eterna bendición a “Porque el Todopoderoso ha
hecho en mí grandes cosas”. Esta obra sólo podía ser obra de la omnipotencia
de Dios. Y “cuyo nombre es Santo.” Es, pues, obra de la santidad de Dios. ¡Su
Nombre es santo!, Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen. El pensamiento progresa, haciendo ver que todo
este poder es ejercido por efecto de su misericordia. Esta es una de las
“constantes” de Dios en el Antiguo Testamento. Ya al descubrir su nombre a
Moisés se revela como el Misericordioso (Ex 34:6). Y ninguna obra era de
mayor misericordia que la obra de la redención. Pero se añade que esta obra
de misericordia de Dios, que se extiende de generación en generación, es
precisamente “sobre los que le temen.” Era el temor reverencial a Dios. Así, en
el A.T., cuando el pueblo pecaba, Dios lo castigaba; pero, vuelto a él, Dios
lo perdonaba. “Desplegó la fuerza de su
brazo, dispersó a los soberbios de corazón.”, Con esta metáfora, se expresa
el poder de Dios, que aplasta a los soberbios y exalta a los humildes. “Derribó a los poderosos
de sus tronos, y elevó a los humildes.”, como enseñándonos a todos, que si
queremos ser grande a los ojos de Dios y ser amados por El, debemos ser
humildes ante los hombres, reconociendo nuestra pequeñez y miseria. Esta
imagen celebra cómo Dios quita a los “poderosos” de sus tronos y “ensalza” a
los que no son socialmente poderosos. María: a una virgen, la
hace madre milagrosamente; y a una “esclava,” madre del Mesías. “Colmó de bienes a los
hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.” Así María, se
coloca en la línea de todos los que son pequeños y humildes, los hambrientos
de Israel, los que están vacíos de si mismos, pero llenos de Dios. “Socorrió a Israel, su
servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros
padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.” A María la elige para
enriquecerla “mesiánicamente.” Es lo mismo que canta luego: los bienes
prometidos a Abraham, que eran las promesas mesiánicas. Al fin, todo el
Antiguo Testamento giraba en torno a estas promesas. Con esta Obra cumple
Dios las Promesas, hechas a los Padres. Con este hermoso himno,
María, alaba a Dios por la elección que hizo en ella, reconoce Nada será mas agradable a
Dios, que lo alabemos como lo hizo María, con las hermosas palabra que el
Espíritu divino la inspiró. Mes de Maria 2001 |
María, madre mía, eres
dueña de mi corazón Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |