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MARIA NOS ILUMINA EL
CAMINO PARA LLEGAR A JESUS Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant |
1º PARTE: Decimos con gran cariño, Para ir descubriendo la
hermosa santidad de María, debemos primero adentrarnos en San Lucas, nos presenta a
la joven María, en el momento que el Verbo, comienza a estar entre nosotros
para cumplir su misión salvadora. María, madre de Jesús, vivió y participo
del misterio de su Hijo, ella fue un alma unida a Jesús y quien vive unido al
Hijo vive también con el Padre. María convivió muchas experiencias junto a
Jesús, la experiencia pascual que su hijo iba realizando, para que nosotros
nos salváramos. Así María, es una mujer espiritual, no podía ser de otro
modo, ya que fue el reflejo de la espiritualidad de su hijo. María, joven sencilla, sus
palabras demuestran que tiene ingenuidad, sinceridad e inocencia, no conoce
la malicia, en plena anunciación, ella le dice al Ángel, ¿Cómo puede ser eso,
si yo soy virgen?, habrá pensado como es posible, esto sin conocer varón. ---
san Lucas 1,34 --- Ella no esta
objetando el hecho de ser virgen, sino que esta preguntando algo de mucha
importancia, porque esta participando en la historia de la salvación. La
conversación debe haber sido muy suave, el Ángel le dice: Para Dios, nada es
imposible, --- san Lucas1,37 ---. Esto, porque el
acontecimiento que nos trae la salvación, es por una manifestación de Dios. Tenemos a veces la
tendencia a pensar en una María tranquila y pasiva, quitada de bulla, semi
oculta de la sociedad donde vivía, pero no era así. María sabía que para agradar
a Dios, era necesario una vida ejemplar, pero eso no significa que no tuviera
ella una visión profética, una visión salvadora, como lo demuestra en el
Magníficat, fragmento del evangelio, que nos presenta el cántico de María, el
que responde a una explosión de
júbilo en Dios, incubada desde que se había realizado en ella el misterio de
la encarnación. “El himno de María no es ni una respuesta a Isabel ni
propiamente una plegaria a Dios; es una elevación y un éxtasis” y una
profecía. María con su cántico se hace totalmente disponible a la gracia,
mostrándonos cuan grande es el deseo de vivir para la santificación de los
hombres. María estaba siempre junto
a su niño, que crecía y se
desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él. ---
San Lucas, 2,40 ---. Podemos imaginar el gran amor y el tierno cuidado por su
hijo, ella que le había dicho al Ángel antes que se fuera: ---Yo soy la
servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho---. San Lucas 1,38 San Juan, no muestra a María, la buena madre,
unida más que nadie a Jesús, --- Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre
--- san Juan 19,25 ---, esta también
unida como nadie a nosotros, como
madre de todos los cristianos. María, después de haber sido físicamente la
madre de Jesús, ha pasado ahora a ser nuestra madre espiritual. La santidad de María,
concebida inmune del pecado original, de naturaleza humana, bendecida entre las mujeres, Virgen
inmaculada, pudo hacer una vida
distinta, sin embargo ella libremente eligió vivir en plena solidaridad con
Jesús. Aunque los Evangelios, no
dedican comentarios sobre la experiencia personal de María en muchas etapas
de su vida, con lo poco que hay escrito, sabemos mucho de ella, es así como
sabemos de su visita a su prima Isabel, sabemos de los difíciles momentos de
duda de José su esposo, el viaje a Belén, el nacimiento de su hijo Jesús, la
huída a Egipto, sabemos de sus angustias por la perdida de Jesús en el templo
y conocemos de su dolor al ver a su hijo camino a María, participo en cada
uno de los sucesos relevantes de la vida, de la pasión, de la muerte y de la
resurrección de Jesucristo, es decir, participa en su misterio pascual. Si
bien es cierto, que con el bautismo recibido de Juan, Jesús abandona la casa
familiar a los treinta años, --- Jesús ya había pasado los treinta años de
edad cuando comenzó --- San Lucas 3, 23,
María, en el silencio de la buena madre, no abandona nunca
espiritualmente a su Hijo, ni el a su Madre, solo la separación que se produce
con la muerte de Jesús en la cruz. Y en la cruz, Cristo confía su madre al
discípulo predilecto y amado Juan. María tiene siempre en su
corazón a su Hijo y las cosas de su Hijo, cuando Jesús se perdió en el
Templo, María le dijo: Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te
buscábamos, El les contestó: --- ¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo
debo estar donde mi Padre?--- luego Jesús entonces regresó con ellos,
llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su
parte, guardaba todas estas cosas en su corazón. Mientras tanto, Jesús crecía
en sabiduría, en edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres. --- san Lucas
2, 48-52 María, fue elegida por
Dios, para vivir con Jesús y en Jesús el misterio pascual de su Hijo, ella
fue absolutamente privilegiada por Dios, para que participara de un modo
especial el misterio pascual de Jesús. Ella concibió a Jesús antes "en
su espíritu que en su seno". (San Agustín). Es así como, la
espiritualidad de María, se ubica de un modo especial en la maternidad y en
la participación de la existencia pascual de Jesús, es así, como ella es para
nosotros madre de nuestra vida espiritual. Es decir, vida espiritual que nos
empapa del misterio pascual de Jesús, nos hace cambiar, nos transforma y, nos
hace unirnos fuertemente, aferrados por el Espíritu de Cristo, nos convierte
en dóciles al Señor, nos hace disponible al amor de Jesús. La disposición de Maria
con Dios Padre y con Dios Hijo, es para nosotros sus hijos nuestra meta de
vida, porque ella no se dejo guiar por su Espíritu, sino que por el Dios
Padre y el del Dios Hijo, con lo cual nos enseña y nos motiva, para que
seamos un solo Espíritu con nuestro Señor Jesús, del mismo modo como ella se
dejo vivir íntimamente por el misterio pascual del Cristo. El Espíritu de Jesús que
obra dócilmente en María y ella ha vivido una experiencia espiritual
caracterizada por el continuo pasar del vivir según la carne al vivir según
el espíritu. Ella es la inmaculada María es toda santa. Desde su concepción
está inmune de cualquier culpa y recibe la gracia de ser espíritu
participando en el misterio pascual de Jesús. De este modo es como, para
favorecer la obra del misterio pascual en su ser personal, ella se abandona
totalmente al Espíritu. Dijo María: --- Yo soy la servidora del Señor, hágase
en mí tal como has dicho ---. Es decir, se muestra totalmente dispuesta a
dejarse llevar por el Espíritu, Es en lo interior de su ser donde María totalmente dichosa
dice: --- Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en
Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava ---. San Lucas, 1,46
-- María es un ser humilde ante Dios,
y permanece humilde ante Dios Padre, ella esta muy conciente que ante El no
vale nada por si misma y dice --
deshizo a los soberbios y sus planes,
Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes ---. San
Lucas 1,53-. Así es, como María
permanece humilde ante Dios y reconoce que todo lo que tenía era un don
gratuito. --- El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su
Nombre!—San Lucas 1,49. El Evangelio nos muestra
una María afable, agradable, afectuosa y amable en el trato y en la
conversación con los demás, así fue ella y así es hoy, ella fue dulcemente
amable con el Ángel, con su prima Isabel, con su esposo José, y en especial
con su Hijo Jesús. Por eso, deducimos a través de los Evangelios, que su
lenguaje es de amor por el Padre, por su Hijo y por todos, con lo cual nos da
fuerza que no son creíbles los lenguajes de mensajes odiosos que algunas
veces nos pretenden hacer creer falsamente. 2º PARTE: María tuvo fe divina,
porque ella es Dios a quien cree y a Dios le muestra fe absoluta, --- hágase
en mí tal como has dicho --- San Lucas 1,38 ---, es la fe divina que le viene
como un don de Dios. Así es como ella fue capaz de reconocer que es Dios
quien hablaba en su corazón. También ella, tuvo una en su vida una cercana
experiencia de la virtud de la fe, que se basa y se concentra en entender la
capacidad salvadora del misterio pascual de su Hijo Jesús. Ella, por encima
de cualquier duda y preocupación por Jesús, que mostraron los amigos íntimos
del Señor, atesoro en su corazón sus enseñanzas, que eran buenas y ciertas
porque venían de Dios. María tiene fe y acepta la
palabra de su Hijo Jesús, la entiende y confía en ella, conoce que su hijo es
honesto y veraz, porque su palabra es verdad absoluta y reconoce en su hijo
la autoridad para decirla, --- Hagan lo que él les diga --- san Juan 2, 5. Cuando María va a visitar
a su prima Isabel, ella le responde a su saludo: ¡Dichosa tú por haber creído
que se cumplirían las promesas del Señor! --- San Lucas 1,45 --- María cree y
acepta con fidelidad a Dios, su vida es un camino de fe, María también es una mujer
de esperanza, es una virtud que ha vivido en ella. La esperanza es una virtud
que María lleva en plenitud, y la ha recibido también como la gracia
santificante. María siente en sí, la posesión de Dios. María reconoce en la
esperanza el deseo de la vida eterna, su alma tiene la perfecta visión de
Dios en el cielo. Es por lo tanto operante en su voluntad. La esperanza que
nos da Entonces nuestra amadísima
Virgen María, se nos muestra como una mujer de mucha esperanza, pero no como
algo personal solo para ella, al contrario, es alguien abierta a la salvación
de sus hijos, que en el mundo los hay muy pobres y viviendo en miserias y que
gracias a la esperanza que le da Con mucha justicia, Es así como Entonces, tal como los
hizo Así como María es para
todos nosotros un modelo y una mujer ejemplar en la fe y la esperanza,
también lo es en la caridad. En María encontramos un modelos de la caridad al
mostrarse como una persona que ama a Dios sobre todas las cosas y lo hace por
si mismo y sin ningún interés. El
prójimo para María, son los más próximos y estos son sus hijos, y ella ama al
prójimo por Dios, en quien cree absolutamente. ¡Dichosa tú por haber creído! , le responde
Isabel, y es por que María se basa en la fe divina. Hay personas que sostienen
y algo de verdad hay en esos, que los evangelios no hablan mucho de Así, concluimos como María santísima, vivió en la fe y de la esperanza, pero por
sobre todo de la caridad, por vivir unida al misterio pascual de Jesús, pasó
a un amor cada vez más genuinamente caritativo. El amor del Espíritu se hizo
en ella hasta tal punto presente, que al final su vida, ella murió de amor.
Su misma virginidad no fue otra cosa que amar a Dios en Jesús con un corazón
indiviso. Virginidad como experiencia eterna e inmortal de perfecta caridad. Nosotros, hijos de la
buena Madre María, reconocemos en ella una mujer sin mancha, modelo de
virtud, y levantamos los ojos hacia ella, la contemplamos y la veneramos y
sabemos que participo íntimamente en la historia de Y como mujer amorosa, su
lenguaje es suave en nuestros oídos, es de ternura y esperanza, y busca en
todas las cosas la divina voluntad de Dios. El interés de María, es siempre
el mismo, hacer crecer en nuestros corazones el amor por su hijo, ella en su
vida fue ejemplo de afecto materno. Porque María sabe del ideal de Dios que
sus hijos sean buenos como lo fue Jesucristo. Por eso quiero insistir en
este segundo capitulo, que el lenguaje de María es de amor por el Padre, por
su Hijo y por todos, llenos de fe, esperanza y caridad, fundamentos básicos
para no hacer creíbles los términos de
aquellos que viven en la soberbia y buscan hacerla cómplice de mensajes
nacido de su creatividad. María, en todo es amor. 3º PARTE, MARÍA MADRE DE
DIOS Y NUESTRA BUENA MADRE Cerca de la cruz de Jesús
estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y
María de Magdala. Jesús, al ver a El rol de Madre del
Salvador, Madre del Redentor y Madre de Dios, comienza a descubrirse ya en el
Antiguo Testamento, donde proféticamente es anunciada, como se revela en
libro Génesis 3,15. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
descendencia y su descendencia; ésta te Herirá en la cabeza, y Tú le Herirás
en el Talón. María ya era promesa de victoria sobre el mal que hizo caer en
el pecado a los primeros padres, Luego también es profetizada en Isaías 7, 14
Por tanto, el mismo Señor os Dará la señal: He Aquí que la virgen Concebirá y
Dará a luz un hijo, y Llamará su nombre Emmanuel. Las Sagradas Escrituras del
Antiguo y del Nuevo Testamento, nos, muestran con mucha claridad la figura de
la mujer Madre del Redentor. Maria se destaca entre los humildes y pobres del
Señor, que de El con confianza esperan y reciben la salvación. Así es, como
con ella, excelsa Hija de Sión, tras larga espera de la promesa, se cumple la
plenitud de los tiempos y con ella, se inicia algo nuevo para en los hombres,
cuando el Hijo de Dios, asume de ella la naturaleza humana para liberarnos
del pecado. San Agustín escribió:
"Si un Dios debe nacer, no puede nacer más que de una virgen; y si una
virgen debe engendrar, no puede engendrar más que a un Dios" (De Trinitate 13: PL 18,23). María es verdaderamente El Dios Jesús, quiso tener
una madre para acercarse más a nosotros de modo amoroso, El eligió a su
madre, escogió a Nosotros aceptamos dos
grandes verdades de nuestra Buena Madre, la primera es que es verdaderamente madre, porque ella
contribuye en todo a la crianza y a la formación de la naturaleza humana de
su hijo Jesús, como lo hace toda madre que forma a su hijo que nace de sus
entrañas. La segunda, es que María es verdaderamente madre de Dios, como
consecuencia de que Ella concibió y dio a luz a la segunda persona de El origen Divino de Jesús
no le proviene de María. Pero al ser Jesús una persona de naturaleza divina y
humana, María es tanto madre del hombre como Madre del Dios. María es Madre
de Dios, porque es Madre de Jesús quien es Dios-hombre. En el Concilio de Efeso,
se canonizo el título Theotokos, que significa
Madre de Dios. Como sabemos, el título Madre de Dios era utilizado desde las
primeras oraciones cristianas. En el Credo de los Apóstoles, profesamos:
"Creo en Dios Padre todopoderoso y en Jesucristo su único hijo, nuestro
Señor que nació de María, que por la gracia
de Dios, después de su Hijo, fue exaltada por encima de todos los ángeles y
los hombres, en cuanto que es En el Credo del Pueblo de
Dios de Pablo VI se dice; “Creemos que María es Decía Juan Pablo II en María por ser Madre de
Dios transciende en dignidad a todas las criaturas, hombres y ángeles, ya que
la dignidad de la criatura está en su cercanía con Dios. Y María es la más
cercana a María fue buena Madre y
buena esposa y dio ejemplo de vida familiar. En la vida de Madre de María,
encontramos momentos de dolor y de gozo, de exilio y de preocupación, de
cuidado y de protección de su hijo, de humildad y buena disposición con su
esposo san José. Si hacemos un recorrido
por su vida encontraremos que después del regreso de casa de Isabel, "se
halló haber concebido María del Espíritu Santo" --- san Mateo 1:18 ---
El embarazo de María no podía sorprender a nadie más que al mismo San José.
María dejó la solución a esta dificultad en manos de Dios, y Dios informó en
su momento al asombrado esposo de la verdadera condición de María. Mientras
José "reflexionaba sobre esto, he aquí que se le apareció en sueños un
ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir en casa a
María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Dará
a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo
de sus pecados" –san Mateo 1:20-21---."Al despertar José de su
sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado, recibiendo en casa a su
esposa" --- san Mateo 1:24 ---. Lucas (2:1-5) explica cómo
José y María viajaron desde Nazaret hasta Belén obedeciendo un decreto de
César Augusto que ordenaba un empadronamiento general. Estando allí, María da
a luz a Nuestro Señor. "Estando allí, se cumplieron los días de su parto"
san Lucas 2:6 --- Después de dar a luz a su Hijo, María "le envolvió en
pañales y le acostó en un pesebre" ---
Poco después del nacimiento del niño los pastores, obedientes a la
invitación del ángel, llegaron a la gruta "y encontraron a María, a José
y al Niño acostado en un pesebre" san Lucas 2:16---. María como madre siempre
se preocupó en todo momento por su Hijo, y cumplía con los ritos y
tradiciones de su pueblo, como se ve en Tras Cuando José recibió por el
ángel la noticia de la muerte de Herodes y la orden de volver a la tierra de
Israel, él, "levantándose, tomó al niño y a la madre y partió para la
tierra de Israel" --- san Mateo 2:21. "advertido en sueños, se
retiró a la región de Galilea, yendo a habitar en una ciudad llamada
Nazaret" --- san Mateo 2:22-23---. En todos estos detalles, María
sencillamente se dejó guiar por José, que a su vez, recibió las
manifestaciones divinas como cabeza de Maria en todo se
preocupaba por su Hijo Jesús, según la ley de Éxodo 23:17, los hombres
estaban obligados a visitar el templo en las tres festividades solemnes del
año; "Sus padres (del Niño) iban cada año a Jerusalén en la fiesta de Maria no solo es buena
madre, también es buena amiga y solidaria, "...hubo una boda en Caná de
Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también Jesús con sus
discípulos a la boda. No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado.
En esto dijo la madre de Jesús a éste: No tienen vino. Jesús les respondió:
Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? No es aún llegada mi hora." María desea
salvar a sus amigos de la vergüenza de no poder agasajar adecuadamente a sus
invitados, y recurre a su divino Hijo. Ella simplemente expone su necesidad,
sin añadir ninguna petición. María comprendió las palabras de su divino Hijo
en su sentido correcto; ella avisó sencillamente a los camareros, "Haced
lo que El os diga" (Juan 2:5). María durante la vida
apostólica de Nuestro Señor logró pasar casi completamente inadvertida. Al no
ser llamada para ayudar directamente a su Hijo en su ministerio, no quiso
interferir en su trabajo con una presencia inoportuna. Dado que Cerca de la cruz de Jesús
estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y
María de Magdala. Jesús, al ver a De este modo, vamos
descubriendo como María, Madre de Dios, no deja en ningún momento de ser una
mujer maravillosa en todos los aspectos, como Madre de Jesús recién nacido,
madre del niño Jesús, del Joven Jesús y del hombre ya adulto. María es buena
parienta con sus familiares, es buena esposa con José y leal a Dios, no hay
faltas en ella, es humilde, sencilla y obediente, su lenguaje es dulce y
amoroso, digna Madre de Dios y de todos nosotros. "Y 4º PARTE, EL CAMINO
ESPIRITUAL DE MARÍA Decimos que nuestra amada
Virgen María, fue desde siempre señalada como María tiene una natural
sensibilidad e inclinación hacia los sentimientos y los pensamientos que
nacen en el alma y el corazón, en ella no tiene cabida lo material, es decir,
en ella la espiritualidad es plena. Una persona espiritual,
hace su vida a partir de ese soplo que Dios le da a su alma, por tanto se
comporta y se deja hacer por Dios. Dijo María: He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra, san Lucas 1, 26-38. María es una persona
espiritual, ella vive conforme a Dios. El camino Espiritual de María se
refleja en su vida diaria, es obediente al Señor, sus actitudes son sencillas y humildes, su
relación preocupada y amorosa con su Hijo Jesús. María nos enseña a vivir
dentro de los valores morales que Jesús nos instruyo. Una persona espiritual,
sabe cuales pensamientos son buenos y cuales son malos, alguien espiritual,
es paciente y bondadoso, en efecto, esas inclinaciones vienen del alma y de
un corazón que ha hecho de morada a Dios. Las palabras de Maria, manifiestan
que Dios habita en su corazón, pues lo glorifica, lo ensalza y lo alaba, como
los hace en su bello cántico del Magníficat. Las palabras del
Magníficat son como el testamento espiritual de El Magníficat nos muestra
un cántico para alabar la admirable obra de Después que el ángel dejo
a Maria en El “Magníficat” --- Lc 1,
46-55 --- Mi alma canta la grandeza
del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él
miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes
cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en
generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de sus tronos, y
elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los
ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su
misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham
y de su descendencia para siempre. Este fragmento del
evangelio, nos presenta el cántico de María, “El Magníficat”, responde a una
explosión de júbilo en Dios, incubada desde que se había realizado en ella el
misterio de la encarnación. “El himno de María no es ni una respuesta a
Isabel ni propiamente una plegaria a Dios; es una elevación y un éxtasis” y
una profecía. María dijo entonces; “Mi
alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios,
mi Salvador”, este canto es la una expresión elevadísima del alma de María,
donde las lágrimas de alegría, gozo y esperanzas, se encierran en el Corazón
de Podemos observar, en este
cántico, la alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella, el
reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo y como con esta obra se
cumplen las promesas hechas. “Porque él miró con bondad
la pequeñez de su servidora”. La humildad de La alabanza que hace María
a Dios por la elección que hizo en ella, engrandeciendo a Dios, ella esta
profundamente agradecida, así es como le bendice y le celebra. Este gozo de María es en
Dios “mi Salvador.” Nunca como aquí cobra esta expresión el sentido mesiánico
más profundo. Ese Dios Salvador es el Dios que ella lleva en su vientre, y
que se llamará Jesús, Yehoshúa, es decir, Yahvé salva. Y ella se goza y alaba
a Dios, su Salvador. María atribuye esta obra a
la pura bondad de Dios, que miró la “humanidad” de su “esclava.” Fue pura
elección de Dios, que se fijó en una mujer de condición social desapercibida,
aunque de la casa de David. Pero por esa mirada de elección de Dios, “desde
ahora” es decir, en adelante, la van a llamar “bienaventurada todas las
generaciones.” “En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz”, por esa dignidad tan grande a la cual María
fue elevada. Como vemos hoy, todas las generaciones cristianas de todos los
siglos, han cantado las glorias de esta Virgen humilde y amorosa, que fue
hecha Es la eterna bendición a “Porque el Todopoderoso ha
hecho en mí grandes cosas”. Esta obra sólo podía ser obra de la omnipotencia
de Dios. Y “cuyo nombre es Santo.” Es, pues, obra de la santidad de Dios. ¡Su
Nombre es santo!, Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen. El pensamiento progresa, haciendo ver que todo
este poder es ejercido por efecto de su misericordia. Esta es una de las
“constantes” de Dios en el Antiguo Testamento. Ya al descubrir su nombre a
Moisés se revela como el Misericordioso (Ex 34:6). Y ninguna obra era de
mayor misericordia que la obra de la redención. Pero se añade que esta obra
de misericordia de Dios, que se extiende de generación en generación, es
precisamente “sobre los que le temen.” Era el temor reverencial a Dios. Así,
en el A.T., cuando el pueblo pecaba, Dios lo castigaba; pero, vuelto a él,
Dios lo perdonaba. “Desplegó la fuerza de su
brazo, dispersó a los soberbios de corazón.”, Con esta metáfora, se expresa
el poder de Dios, que aplasta a los soberbios y exalta a los humildes. “Derribó a los poderosos de
sus tronos, y elevó a los humildes.”, como enseñándonos a todos, que si
queremos ser grande a los ojos de Dios y ser amados por El, debemos ser
humildes ante los hombres, reconociendo nuestra pequeñez y miseria. Esta
imagen celebra cómo Dios quita a los “poderosos” de sus tronos y “ensalza” a
los que no son socialmente poderosos. María: a una virgen, la
hace madre milagrosamente; y a una “esclava,” madre del Mesías. “Colmó de bienes a los
hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.” Así María, se
coloca en la línea de todos los que son pequeños y humildes, los hambrientos
de Israel, los que están vacíos de si mismos, pero llenos de Dios. “Socorrió a Israel, su
servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros
padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.” A María la elige para
enriquecerla “mesiánicamente.” Es lo mismo que canta luego: los bienes
prometidos a Abraham, que eran las promesas mesiánicas. Al fin, todo el
Antiguo Testamento giraba en torno a estas promesas. Con esta Obra cumple
Dios las Promesas, hechas a los Padres. Con este hermoso himno,
María, alaba a Dios por la elección que hizo en ella, reconoce Nada será mas agradable a
Dios, que lo alabemos como lo hizo María, con las hermosas palabra que el
Espíritu divino la inspiró. Nosotros, debemos estar
disponibles para dejarnos reformar de un modo total por el Espíritu y, considerar como modelo a María en su
compromiso con el Espíritu de Jesús y, de este modo revivir en nosotros
mismos y a los demás a la vida nueva del amor. El alma de María, se han
identificado totalmente con la voluntad de Dios, de modo que todas sus operaciones,
obras y ruegos, vienen de la proposición divina, San Juan de Nuestra Madre Espiritual y
su espiritualidad, son para nosotros sus hijos, modelo de contemplación y de
intercesión, como del mismo modo ella es modelo de confianza, discreción y
atención en las Bodas de Caná, La presencia espiritual de
Oramos a María, porque al
mismo tiempo es oración al Señor, para que del mismo modo como Dios Padre
hizo grandezas y maravillas en Ella, orando a María y con María, le
suplicamos que extienda a nosotros el mismo amor que concedió a 5º PARTE (ÚLTIMA) En el Prólogo de san Juan,
1, 1-18, El Verbo es la luz verdadera. Así como Dios es verdadero, Cristo es
el pan verdadero, así el Verbo es llamado luz verdadera. Esta luz del Verbo
ilumina a todo ser humano. Ella era la luz verdadera, la luz que ilumina a
todo hombre. --- san Juan 1, 9 --- Pero el mundo no conoció a
esta Luz: a Dios Verbo. Los seres humanos debieron conocerlo. Los hombres,
teniendo motivos para conocer y servir a Dios, no lo hicieron: el mundo no le
conoció. Pero no sólo el mundo, sino que vino a los suyos. Vino Frente a este panorama de
incredulidad, de paganismo y de un Israel, que no recibe A los que si creen, tienen
un gran don: el poder ser hijos de Dios. Pero a todos los que lo recibieron
les dio capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre (v. 12), El
Gran Don de Concebirás en tu seno y
darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. --- san Lucas, 1,31 --- Jerusalén, acoge Ponemos hoy, en nuestra
santa Madre de Dios, toda nuestra confianza en el futuro, en el camino que
habremos de recorrer para ir al encuentro con el Señor, aún más le pedimos
que nos acompañe, que nos ilumine en las sombra y haga brillar su resplandor
para que no caigamos en la oscuridad y no equivoquemos de camino. Tú (María) eres esplendor
que no ensombrece la luz de Cristo, porque vives en Él y para Él. S.S. Juan
Pablo II. Le confiamos a La santísima Virgen María
es cristalina porque es absolutamente transparente, es pura y limpia total,
ella se deja traspasar por Al mirar a María, al
fijarnos en su corazón tierno de mujer y de Madre, podemos contemplar Pero para poder ir a la
luz de Dios, debemos pasar por la cruz que nos lleva a Jesucristo, a su
muerte y su resurrección, donde el final, es el triunfo de Dios, de la vida y
de La vida cristiana es un
camino dulcemente acompañado por María, somos peregrinos y ella, “brilla ante
el pueblo de Dios peregrinante, como signo de esperanza segura y de consuelo”
---LG 68 --- María no ilumina, con el
resplandor que ella deja traspasar por la luz que su Hijo. Así de este modo, María, nos hace la vida
hermosa, por que desde ella resplandece esa Luz que irradia la fuerza que nos
enseña a amar a nuestros hermanos y a buscar la rencociliación como buenos hijos
del Dios de la vida. Con ella,
sentimos que es hermoso el don de la amistad, que con tanta preocupación nos
en seña en las boda de Cana, donde ella no solo es buena madre, también es
buena amiga y solidaria cuando trata de salvar a sus amigos de la vergüenza
de no poder agasajar adecuadamente a sus invitados, y recurre a su divino
Hijo. María ilumina con su
irradiación nuestros deseos profundos de ser como su hijo Jesús, solidario
con los pobres, con natural inclinación de hacer el bien, motivados a ayudar
y a cuidar a los enfermos, y a ser útil para servir a los demás. Maria también nos
ilumina como sus hijos, para constituir una familia feliz,
para que los jóvenes sepan de la alegría de sus padres y entiendan la
preocupación de ellos para que sean una familia unida y necesitada del amor
mutuo. María nos enseño que siempre tiene siempre en su corazón a su Hijo y
las cosas de su Hijo, cuando Jesús se perdió en el Templo, María le dijo: Tu
padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos. Para nosotros
como padres, regresar al hogar y encontrarnos con los hijos, es una gran
alegría, y damos gracia a María por su protección. María, nos acerca como
madre a su amado Hijo, nos consuela y nos renueva la esperanza, y con su
luminosidad no invita a que abramos nuestro corazón para habite en el su Hijo
Jesús. María nos llama para que nos alimentemos de Jesús en la eucaristía de
cada domingo, para que así, con Jesús en nosotros, tengamos más comprensión
de nuestros hermanos o de nuestros hijos, creciendo en amor con los demás.
Con este llamamiento, nos sentimos los hijos amados de Dios, hermanos de
Jesús, plenos de El en la comunión y le decimos en María, esta con nosotros
durante todo el día, con ella nos sentimos tranquilos como un niño que
descansa en los brazos de su madre. Cuando estamos con pena y dolor, igual
como ella, cuando estuvo frente a la cruz, nos sentimos consolados, por que
Jesús nos la dejo como nuestra madre, Jesús, al ver a El amor de María, el mismo
que ella tuvo por Jesús, nos reconforta, nos levanta con su radiación y no
muestra en el camino que nos lleva al Señor. María nos invita permanentemente
a mirar a Jesús, como ella lo miro en la cruz. Mirar a Jesús, amor encarnado,
Hijo del Padre que nos ama sin condición. Ella nos muestra como mirar a Jesús
crucificado, para amarlo, y también sufrir y saber perdonar, ¡Padre, perdónalos
porque no saben lo que hacen! María nos enseña mirar a
Jesús en Belén, desde ese instante aprendemos a amarlo y, luego nos formamos como discípulos de su
hijo amado. María fue fiel a su Hijo y lo siguió hasta la muerte en la cruz y
con su fidelidad nos motiva para seguir a Jesús hasta la misma cruz. María
nos enseña a ser obedientes con su Hijo, "Haced lo que El os diga"
--- san Juan 2:5 ---. Maria nos muestra con su fidelidad al Padre y su
solidaridad con su Hijo, un modelo de vida. Así es, como damos al Padre,
Gracias por María, así como decimos al Hijo, gracias por darnos una madre
fiel, amorosa. Gracias porque María nos ayuda sentirnos hijos amados del
Padre, hermanos de Jesús. Gracias, porque su resplandor de buena mujer y
buena madre, brilla ante todos sus hijos, alumbrándonos el camino para llegar
a Jesús. Con gran confianza, con
mucha esperanza, acompañados por |
María, madre mía, eres
dueña de mi corazón Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |