MADRE DE NUESTRA AMÉRICA
Madre Santísima, Madre de nuestra
América,
por la predicación del Evangelio
nuestros pueblos conocen que son
hermanos
y que tú
eres la Inmaculada,
y llena de gracia.
Con certeza filial sabemos que en tu
oído
está el anuncio del ángel,
en tus labios, el cántico de
alabanza,
en tus brazos, Dios hecho Niño,
en tu corazón, la cruz de Gólgata,
en tu frente, la luz y el fuego del
Espíritu Santo,
y bajo tus
pies, la serpiente derrotada.
Madre nuestra Santísima,
en esta hora de nueva evangelización,
ruega por nosotros al Redentor del
hombre;
que El nos rescate del pecado
y de cuanto nos esclaviza;
que nos una con el vínculo de la
fidelidad a la Iglesia
y a los
Pastores que la guían.
Muestra tu amor de Madre a los
pobres,
a los que sufren
y a los que sufren
y a cuantos buscan el reino de tu Hijo.
Alienta nuestros esfuerzos por
construir
el continente de la esperanza
solidaria,
en la
verdad, la justicia y el amor.
Agradecemos profundamente el don de
la fe
y glorificamos contigo
al Padre de las misericordias,
por tu Hijo
Jesús, en el Espíritu Santo, Amén.
Oración de Juan Pablo II con motivo
del V Centenario de la evangelización de América Latina.
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