DIA OCTAVO MARIA Y EL
MONTE CARMELO 1.- Salutación: Virgen del Carmen,
queremos... 2.- Evangelio: Jn. 4,1-15.19-26. “Jesús
le dice: Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en
Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros
adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero
llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán
al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que
le adoren. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorar en espíritu y
verdad”. Palabra del Señor. 3.- Reflexiones: a.-
Cuando Jesús le responde a la samaritana se coloca por encima de las
discusiones de los judíos y samaritanos, el verdadero culto no será ni en
Jerusalén ni en Garizim sino en ÉL. Sabe que la
salvación viene de los judíos por eso responde: el verdadero culto será en
espíritu y verdad porque Dios es espíritu (Jn. 4,23). Así es cómo quiere ÉL
que lo adoren en el futuro. Al ser culto espiritual
se hace independiente de cualquier lugar. Dios es la fuente de la vida y por
lo tanto el inspirador del culto que quiere. La verdad equivale a fidelidad
de Dios que ha realizado en Cristo aquello a lo que apuntaba el culto en
Jerusalén como en Garizim. El diálogo termina con
la autorevelación del Mesías prometido. (Cfr. Jn.
4,26). Ahora se entiende que para Jesús su alimento sea el hacer la voluntad
del Padre. Así tenemos acceso a la vida eterna: estamos en el tiempo de la
cosecha. El juicio se cumple ahora; algunos siembran, otros recogen. Es la
actividad misionera de b.-
El Concilio enseña: “Mientras
4.- Preces: Oremos al Padre por medio del
Hijo en el Espíritu Santo. Madre del Carmelo, ayúdanos a llegar
a Cristo, Monte de perfección. a.-
Por b.-
Por toda c.-
Al conmemorar un año más la entrega del Santo Escapulario pedimos por todos los que visten el hábito de
María, para que imitando sus virtudes reflejen en sus obras una vida
evangélica. Oremos. d.-
Por todos nuestros hermanos difuntos que murieron revestidos de la esperanza
de la resurrección y del Santo Escapulario para que por la oración de María
puedan alcanzar cuanto antes las alegrías sempiternas de la gloria del cielo.
Oremos. Oremos:
Escucha, Padre Santo, la oración de tu Iglesia, y por la intercesión de 5.- Oración final. 6.- Canto final: Adiós Madre querida… 7.- Sugerencias para tu oración final. - San Simón Stock suplicaba todos los
días a la gloriosísima
Madre de Dios que diera alguna muestra de su protección a |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds |