DIA QUINTO

MARÍA Y LA GRACIA DIVINA.

1.- Salutación: Virgen del Carmen, queremos...

2.- Evangelio según San Lucas 1,26-35: 

“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.  Y, entrando le dijo: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría que significaría aquel saludo. El ángel le dijo: “ No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás  por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”. María respondió al ángel: “¿Cómo será esto puesto que no conozco varón?” El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios”. Palabra del Señor.

3.- Reflexiones:

a.- María, es la “Purísima”, la mujer que fue concebida sin pecado porque debía ser Madre del Redentor. La promesa del Salvador está unida a la promesa de la misteriosa mujer que surgirá en la historia. Después de la maldición hecha a la serpiente, dijo el Señor: “Enemistad pondré entre ti y la mujer y entre tu linaje y su linaje: él te aplastará la cabeza mientras acechas tú su calcañar”  (Gn.3, 15). La lucha entre el linaje de María y el de la serpiente es desde la concepción de María que al ser concebida Inmaculada, sin pecado original y por lo tanto en completa oposición al demonio. Lucha que termina con la venida de Jesús, Hijo del linaje de la mujer que viene al mundo para vencer con su muerte y resurrección destruye el pecado.  María ocupa, por su vocación un primer plano en el orden de la salvación; Ella es la Madre del Redentor pero también su primera redimida, preservada de toda culpa en vista de los méritos del Hijo.  El privilegio de la Inmaculada Concepción no sólo es ausencia de pecado sino plenitud de gracia.

b.- El saludo de Gabriel es el testimonio más elocuente de la Inmaculada Concepción ya que no  tendría sentido el “llena de gracia” si el pecado la hubiera manchado aunque fuese sólo un instante. María comenzó su vida colmada de gracia y amor de Dios. Si contemplamos su fidelidad y disponibilidad total al plan de Dios, podemos intuir a cuáles alturas de calidad en el amor y de comunión haya llegado con Dios, precediendo con mucho a todos los seres del cielo y de la tierra (cfr. Vaticano II, LG 53). San Pablo, en su carta a los Efesios (1,3-6), declara la elección y bendición que reciben los creyentes en Cristo. María fue bendecida y elegida por Dios ya que es la única criatura santa e inmaculada. En María la elección y bendición produjeron el fruto más perfecto Jesucristo. Fue elegida y bendecida para ser Madre Inmaculada.

c.- Al celebrar a la “llena de gracia” alabamos a Dios por todas las maravillas que hizo en su Sierva. La maravilla fue romper la cadena del pecado de origen que ata a  todos los hijos de Adán antes que se realizara históricamente la salvación que Jesús, nacido de Ella, habría de realizar. María de Nazaret es la primera redimida; con ella comienza la historia de la salvación dando luz a Aquél por quien nos vino la salvación. Cuantos creen siguen a Cristo, han sido bendecidos y elegidos por Dios para ser santos e inmaculados. .. Este plan de salvación que se realizó en María, también ha de realizarse en cada uno de los fieles. La Virgen es modelo en su fidelidad a la gracia y en su apertura a Dios. Así como esa fidelidad floreció en amor a Dios y al prójimo también en nosotros debe madurar en frutos de justicia y amor para gloria de Dios.

d.- El Concilio Vaticano II enseña:

La Madre  de Jesús por haber dado luz  al mundo la Vida misma que renueva todas las cosas y por haber sido adornada por Dios con dones dignos de un oficio tan grande. Por lo que nada tiene de extraño que entre los Santos Padre prevaleciera la costumbre de llamar a la Santa Madre de Dios totalmente santa e inmune de toda mancha de pecado, como plasmada por el Espíritu Santo. Enriquecida desde el primer instante de su concepción con el resplandor de una santidad enteramente singular, la Virgen Nazarena, por orden de Dios, es saludada por el ángel de la Anunciación como llena de gracia (Cfr. Lc. 1,28), a la vez que ella responde al mensajero celestial: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc.1, 38). Así María, hija de Adán, al aceptar el mensaje divino, se convirtió en Madre de Jesús, y al abrazar de todo corazón y sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagro totalmente como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redención con Él y bajo ÉL, con la gracia de Dios omnipotente” (Vaticano II, LG 56). 

4.- Preces: Oremos al Padre por medio del Hijo en el Espíritu Santo.

María Madre de la Gracia, guárdanos en el amor de Dios. Oremos.

a.- Para que la Iglesia, imitando a María, que es su figura se conserve siempre virgen para que guarde la fe  prometida al Esposo. Oremos.

b.- Que los sacerdotes y consagrados mantengan fielmente sus compromisos hechos al Esposo Cristo y a su Iglesia. Oremos.

c.- Que los esposos cristianos guarden los votos pronunciados ante Dios y la comunidad de hermanos. Oremos.

d.- Que la juventud cristiana se esfuerce en vivir su fe cristiana construyendo un mundo más humano y solidario. Oremos.

e.- Que los enfermos del alma y del cuerpo ofrezcan sus dolores con Cristo Crucificado al Padre por la salvación del mundo. Oremos.

f.- Que nuestros hermanos difuntos, limpios ya de sus culpas, alcancen la vida eterna. Oremos.

Oremos: Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María, Madre de la divina Gracia y para que guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

5.- Oración final para todos los días de la novena: “Oh Virgen Santísima del Carmen...”

6.- Canto final: Virgen del Carmen bella…

7.- Sugerencias para tu oración personal.

- “Tú maravillosa belleza se la debes a la previsión del Padre y a la Pascua de tu Hijo. Santificada por el Espíritu, permaneces Virgen fiel, Virgen Inmaculada, seáis bendita!  La Inmaculada “Tota  pulchra es, sponsa mea, et macula non est in te” En la vigilia de la Concepción, miré esa imagen, y vi entonces en Maria a mi Amada: vi  la Iglesia santa. En Cristo, su Cabeza, contemplé su inmensa e incomparable belleza, y en las fisonomías, la cara e imagen del mismo Dios. “¡Qué eres  bella, decíale mi corazón, en arrebatos de amor!”. “¡Qué eres pura, oh Virgen amada, qué eres amable”.  Miré su cuerpo. ¡Qué eres perfecta, qué hermosa, Esposa mía! Es parte y miembro de este Cuerpo las jerarquías y coros celestes, unidos a ellos las almas glorificadas y los justos de la tierra: estos miembros, unidos a Cristo, su Cabeza, forman el cuerpo de mi Amada” (Beato Francisco Palau. Obras Completas pp. 405-406).

 

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Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

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