DIA SEPTIMO
MARÍA Y LA ORACIÓN
1.- Salutación: Virgen del Carmen,
queremos…
2.- Evangelio: Lc. 2,19. (Cfr. Lc.2,51ss).
“Y
sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores
se decían unos a otros: “Vayamos, pues hasta Belén y veamos lo que ha
sucedido y el Señor nos ha manifestado. Y fueron a toda prisa, y encontraron
a María y a José, y al niño acostado
en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquél
niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les
decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su
corazón”. Palabra del Señor.
3.- Reflexiones:
a.-
Es completamente necesario entrar en el santuario íntimo del alma de María
para conocer la oración de María, Madre de Jesús. Ninguna como María ha
vivido la intimidad con el Señor Dios. Es una intimidad de hija de Dios;
Madre del Salvador y Esposa del Espíritu Santo. Prevalece por supuesto la
relación de María como Madre con el Hijo de Dios. ¿Cómo habrán sido las
íntimas relaciones entre la
Madre y el Verbo de Dios durante los meses que lo llevó en
su seno? Por esto a Ella se le puede llamar Sagrario o Templo del Verbo
encarnado. Allí en esa intimidad María ama y adora al Dios hecho hombre. Al
ser la Virgen
la que lleva en su seno al Enmanuel toda ella queda
bañada de Amor y gloria divina en la humildad y sencillez de su vida
ordinaria. En su corazón comprende poco a poco el misterio que la invade.
Entiende el misterio que se verifica en Ella: solo María ha penetrado el
Corazón de su Hijo. Sólo Ella advierte la necesidad de darse a tiempo
completo a Él y a su obra de salvación.
b.-
Si la oración es diálogo de amor con quien sabemos nos ama, María es la
orante por excelencia, que aprendió en su alma a escuchar al Verbo de Dios,
antes de nacer y luego oírle en su hogar de Nazaret y más tarde predicando a
las multitudes del reino de Dios. Ella dialogó porque supo escuchar y en ese
espacio amar y dejarse amar por Dios. De ahí que Isabel de la Trinidad propone que la Virgen del Adviento es
modelo de los espirituales por que escucha, dialoga, admira el misterio y lo adora. La adoración
es el éxtasis del amor en el cual debemos aprender a vivir en lo interior.
c.-
El Concilio enseña:
“Esta
obra de la Madre
con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la
concepción virginal de Cristo hasta su muerte. En primer lugar, cuando María,
poniéndose con presteza en camino para visitar a Isabel, fue proclamada por
ésta bienaventurada a causa de su fe en la salvación prometida, a la vez que
el Precursor saltó de gozo en el seno de su madre (cfr. Lc. 1,41-45); y en el
nacimiento, cuando la Madre
de Dios, llena de gozo, presentó a los pastores y a los Magos a su Hijo
primogénito que, lejos de menoscabar, consagró su integridad virginal. Y
cuando hecha la ofrenda propia de los pobres lo presentó al Señor en el
templo y oyó profetizar a Simeón que el Hijo sería signo de contradicción y
que una espada atravesaría el alma de la Madre, para que se descubran los pensamientos
de muchos corazones (cfr. Lc. 2,34-35). Después de haber perdido al Niño y
haberlo buscado con angustia, sus padres lo encontraron en el templo, ocupado
en las cosas de su Padre, y no entendieron la respuesta del Hijo. Pero su
Madre conservaba todo esto en su corazón para meditarlo (cfr. Lc. 2, 41-51)”
(Concilio Vaticano II, L. G.57).
4.- Preces: Oremos al Padre por medio del
Hijo en el Espíritu Santo.
-
Virgen orante, enséñanos a orar en espíritu y verdad.
a.-
Que la Iglesia
permanezca siempre unida con la
Madre de Jesús. Oremos.
b.-Que Jesús
Maestro enseñe a orar a los cristianos de hoy así como enseñó a sus
discípulos. Oremos.
c.-
Para que el Carmelo Teresiano dé testimonio de su intimidad con Dios a través
de sus obras de caridad, justicia y verdad en el amor. Oremos.
d.- Por todos los Cofrades del Carmen para
que su vida interior los haga testigos de la intimidad con Dios y piedras
vivas de la Iglesia
en la promoción de la vida espiritual. Oremos.
Oremos:
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen
María, Madre y Reina del Castillo Interior, para que, guiados por su ejemplo
y protección lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es
Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
5.- Oración final para todos los días de
la novena: “¡Oh Virgen Santísima del Carmen...”
6.- Canto final: Madre del Carmelo…
7.- Sugerencias para tu oración:
-
“Me parece que la actitud de la
Virgen durante los meses transcurridos entre la Anunciación y el
Nacimiento es el modelo de las almas interiores; de esos seres que Dios ha
escogido para vivir dentro de sí, en el fondo del abismo sin fondo. ¡Con qué
paz, con qué recogimiento María se sometía y se prestaba a todas las cosas!
¡Cómo, aun las más vulgares, eran divinizadas por Ella! Porque a través de
todo la Virgen
no dejaba de ser la adoradora del don de Dios. Esto no la impedía entregarse
a las cosas de fuera cuando se trataba de ejercitar la caridad. El Evangelio
nos dice que María subió con toda diligencia a las montañas de Judea para ir
a casa de su prima Isabel (Lc. 1,39-40). Jamás la visión inefable que ella
contemplaba en sí misma disminuyó su caridad exterior” (Sor Isabel de la Trinidad, Carmelita
descalza francesa, El cielo en la fe,
CF 40).
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MARÍA Y EL MONTE CARMELO.
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