DIA TERCERO
MARÍA, MUJER
DE CARIDAD
1.- Salutación: Virgen del Carmen,
queremos…
2.- Evangelio según San Juan 2, 1-12
“Tres
días después se celebraba un boda en Caná de Galilea y estaba allí estaba la Madre de Jesús. Fue
invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino,
porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: “No
tienen vino”. Jesús le responde: “¿Qué
tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”. Dice su madre a los
sirvientes: “Haced lo que él os diga” Había allí seis tinajas de piedra,
puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada
una. Les dice Jesús: “Llenad las tinajas de agua” Y las llenaron hasta arriba. “Sacadlo
ahora, les dice, y llevadlo al
maestresala”. Ellos lo
llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como
ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían),
llama al maestresala al novio y le dice: “Todos sirven primero el vino
bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino
bueno hasta ahora”. Así, en Caná de Galilea, dio comienzo a sus señales. Y
manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos. Después bajo a
Cafarnaúm con su madre y sus hermanos y, sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.”
Palabra del Señor.
3.-
Reflexiones:
a.-
Dios es amor (1Jn.4, 16), y María Virgen por ser la Madre de Dios estuvo más
cerca del Señor que cualquier otra criatura, fue colmada de amor divino. El
ángel la llamó “llena de gracia” (Lc. 1,28), es decir, llena de amor de Dios.
Sin embargo esto no la privó del ejercicio activo y constante de la caridad,
lo mismo que en el resto de las virtudes. María es modelo de amor al prójimo
cuando ayuda a su prima Santa Isabel (Lc. 1,39-56), a los novios cuando se
les acaba el vino (Jn. 2,1-12), e intercede por ello ante su Hijo. Su actitud
interior formó un camino en el que fue progresando en la caridad; también Ella, como a nosotros, fue
solicitada su correspondencia personal a la gracia. Los grandes dones o
privilegios recibidos por María, la santidad de vida en que nació y su
maternidad divina fueron puros dones de Dios. Recibidos en plena
libertad, no pasivamente, con plena
capacidad para aceptar la voluntad divina. María colaboró libremente a la
acción de la gracia. En este sentido María es la “Virgen fiel”. A la plenitud
de gracia ofrecida por Dios la Virgen correspondió con
plenitud de fidelidad, convirtiéndose así en la perfecta discípula de su Hijo
en el camino teologal del amor a Dios Padre y al prójimo.
b.-
En las bodas de Caná pide al Hijo la gracia de convertir el agua en vino
devolviendo la alegría a aquellos novios e invitados. Que la Virgen no permita se
acabe entre los esposos el vino de la fidelidad; en los sacerdotes el vino de
la perseverancia; en los jóvenes el vino de la alegría y responsabilidad
frente a su futuro; en los niños el
vino de la pureza y amor a sus padres. Ella es la omnipotencia suplicante
puesto que Jesús no niega nada a su Madre si lo pedimos con fe y amor.
c.-
El Concilio Vaticano II enseña:
“La Santísima Virgen,
predestinada desde toda la eternidad como Madre de Dios juntamente con la Encarnación del
Verbo, por disposición de la divina Providencia, fue en la tierra la Madre excelsa del divino
Redentor, compañera singularmente generosa entre todas las demás criaturas y
humilde esclava del Señor. Concibiendo a Cristo, engendrándolo,
alimentándolo, presentándolo al Padre en el templo, padeciendo con su Hijo
cuando moría en la cruz, cooperó en forma enteramente impar a la obra del
Salvador con la obediencia, la fe, esperanza, y la ardiente caridad con el
fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es nuestra madre
en el orden de la gracia” (Vaticano II, LG 61).
4.- Preces: Oremos al Padre por medio del
Hijo en el Espíritu.
-
Madre del Amor hermoso, enséñanos a amar.
a.-
Para que la Iglesia se alce en el
mundo de hoy como signo de amor a Dios y a los hombres con su predicación y
con sus obras. Oremos.
b.-
Para que los gobernantes trabajen sin descanso por establecer una paz estable
en todos los pueblos de la tierra. Oremos.
c.- Para que todos los cristianos, unidos por
vínculos de caridad, busquen la verdad por el camino del diálogo ecuménico.
d.-
Para que todos los cristianos aprendamos de María a pensar en las necesidades
de los demás. Oremos.
Oremos:
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen
María, Madre del Amor Hermoso, Reina
del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta
la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
5.- Oración final para todos los días de
la novena: “¡Oh Virgen Santísima del Carmen...”
6.- Canto final: Madre del Carmelo.
7.- Sugerencias para tu oración personal.
“Al
ver que los esposos de Caná / no pueden ocultar el gran apuro / en que se
encuentran por faltarles vino, / con maternal solicitud acudes / al Salvador,
tu Hijo, / de su poder divino esperando la ayuda. / Jesús parece rechazar tu
súplica / en un primer momento: / “¡Mujer, ¿qué nos
importa esto a ti y a mí?”/ Mas de su corazón allá en el fondo / madre suya
te llama,/ y para ti y por ti Jesús realiza / su
milagro primero”. (Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, Doctora de la Iglesia, “Por que te amo
María” PN 54,19).
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